Las Cosas Claras: Principios Básicos del Fact-checking
Por Deepak Adhiraki, editor de South Asia Check
SÍNTESIS: Cuando hablamos de pruebas, hablamos de hechos, es decir de información probada, verificada, transparente, responsable, y de los métodos que se emplean para obtenerla. En este artículo aprenderemos de manos de un profesional lo que implica verificar cada dato que encontremos y pretendamos utilizar, y acostumbrarnos a hacerlo incluso si somos investigadores independientes y carecemos de los recursos para conseguir ayuda especializada.
El fact-checking, también conocido como verificación de datos, es el proceso por el que una persona confirma la veracidad de un dato, o, en otras palabras, comprueba si dicho dato se sustenta en información verificable.
Casi todos sabemos que no hay que creerse todo lo que leemos, vemos u oímos. A veces la información falsa en los medios de comunicación o en internet es insignificante, irrelevante, o incluso un sencillo error sin mala intención. Sin embargo, la difusión de información errónea y desinformación debilita las instituciones democráticas, refuerza a los regímenes autoritarios y socava nuestra capacidad de tomar decisiones informadas.
Por suerte, en lo tocante al fact-checking, existen métodos, herramientas y procesos fáciles de aprender para desmentir y contrarrestar la información falsa en cualquiera de sus formas.
Por supuesto, no toda la información es verificable. Por ejemplo, las intenciones de una persona, las profecías o las predicciones no se pueden confirmar. El fact-checking depende en gran medida de que haya pruebas al alcance del público para desmentir una afirmación.
Nota:
Empezaremos por aclarar la diferencia y la relación entre verificar y fact-checking. Según uno de los manuales mejor valorados, The Verification Handbook (Manual de verificación), la verificación es una disciplina propia que nace en el campo del periodismo, que se ha convertido en una práctica corriente en cualquier proceso de investigación, documentación e información que se lleve a cabo en el ámbito de la investigación ciudadana, el activismo, la defensa de los derechos humanos, el arte y muchas otras actividades.
El fact-checking es la aplicación de la verificación al periodismo y otras disciplinas. Se ha convertido ya en una profesión y en un área de estudio en sí que ha dado lugar a la aparición de cientos de organizaciones y plataformas independientes de fact-checking en la última década.
Lo que conecta la verificación con el fact-checking es el objetivo compartido de confirmar la validez o exponer la falsedad (desmentir, debunk en inglés) de la información.
Para más información, se puede acceder a la introducción al libro de Craig Silverman Verification and Fact Checking (en inglés) (y el mismo libro en español: Manual de Verificación_) y consultar este artículo publicado en First Draft News, que ilustra con gran claridad la relación entre comprobar datos, verificarlos y desmentirlos.
Imagen: relación entre fact-checking, verificación y desmentido. Fuente: First Draft News / credit to @Mantzarlis. Captura de pantalla de Tactical Tech, 24 de abril de 2021.
La mentalidad de fact-checker
En esta era digital, prácticamente cualquier persona que tenga un smartphone y conocimientos básicos de fotografía, vídeo y audio puede trabajar en el ámbito de la información o investigación ciudadana. La tecnología digital ha democratizado el acto de documentar e informar y ha contribuido a que, en cualquier parte del mundo, las personas de a pie puedan investigar asuntos y acontecimientos a fondo.
La revolución digital ha posibilitado que no solo los medios de comunicación y ONG, sino también los investigadores ciudadanos, puedan investigar y verificar afirmaciones procedentes de internet, sobre todo las que se vuelven virales en las redes sociales u otras plataformas. El fact-checking siempre ha sido una actividad de gran importancia, pero con la difusión de mentiras, montajes y teorías conspiranoicas por internet se ha convertido en una absoluta necesidad.
La información falsa corre como la pólvora por las redes sociales y páginas web, pero la investigación ciudadana puede cumplir una función muy importante en la difusión de información exacta y creíble. Para ello, es necesario centrarse en el proceso de fact-checking y, sobre todo, promover una «mentalidad de fact-checker». Al igual que este Kit comienza haciendo hincapié en los comportamientos, la ética, las técnicas basadas en pruebas, las consideraciones y las motivaciones que nutren la «mentalidad de investigador», podemos contribuir al desarrollo de una mentalidad de fact-checker y de prácticas relacionadas con la verificación que vaya más allá de las técnicas a las estamos acostumbrados. Incluso las mejores herramientas tienen sus límites.
Cuando hablamos de la mentalidad de fact-checker, nos referimos a la capacidad de analizar y evaluar un dato (un texto, una foto, un vídeo, un meme, etc.) y juzgar su veracidad. El objetivo es buscar pruebas. Para ello es necesario evaluar las fuentes de las que proceden los datos o hechos, estudiarlas y tomar decisiones que se basen en nuestras conclusiones.
Las noticias falsas se difunden rápido y llegan muy lejos, pero utilizando herramientas de código abierto, manteniendo una actitud colaborativa (es decir, siendo capaces de trabajar con otros para aumentar la eficacia y la seguridad), y perfeccionando sus habilidades, los investigadores ciudadanos (y, en realidad, cualquier persona), pueden enfrentarse a la información falsa y comenzar a distinguir las diferencias, fines y alcance de actividades y fenómenos distintos que a menudo están interconectados, como la información errónea (misinformation en inglés), la desinformación (disinformation en inglés) y la información maliciosa (malinformation en inglés).
Nota:
Diferencias entre información errónea, desinformación e información maliciosa
Información errónea (misinformation, en inglés) es la difusión no intencionada de información falsa sin intención de perjudicar a otros.
Desinformación (disinformation en inglés) es la falsificación y difusión de información falsa con la intención de perjudicar a otros.
Información maliciosa (malinformation en inglés) es el uso y difusión de información genuina con la intención de ridiculizar y perjudicar a otros.
First Draft News, una organización sin ánimo de lucro que proporciona recursos para luchar contra los contenidos perjudiciales en internet, define la información errónea como «errores no intencionados como pies de foto, fechas, estadísticas o traducciones inexactas, o cuando la sátira se interpreta de manera literal». De igual forma, define desinformación como «contenido en formato audio o imagen falsificado o manipulado de forma deliberada».
El siguiente glosario (archivado aquí con Wayback Machine), publicado por Claire Wardle, fundadora de First Draft, es un recurso de gran utilidad para comprender las distintas facetas de los trastornos informativos a los que nos enfrentamos hoy en día. Junto a estos otros dos artículos titulados Mapping the Landscape (Topografiando el paisaje) (archivado aquí) e Information Disorder: Useful Graphics (El trastorno informativo: gráficos útiles) (archivado aquí), forma parte de una herramienta online llamada Information Disorder: The Definitional Toolbox, (El trastorno informativo: repertorio de definiciones).
Imagen: Tipos de trastornos informativos. Autores: Claire Wardle y Hosssein Derakshan, 2017. Fuente: https://medium.com/1st-draft/information-disorder-part-3-useful-graphics-2446c7dbb485 / descargado el 24 de abril de 2021.
El objetivo de esta introducción al fact-checking es proporcionar a los investigadores ciudadanos, y también a cualquier persona interesada, una serie de hábitos básicos que les permitan identificar y desmentir afirmaciones falsas sin amplificarlas. Esperamos que contribuya a reducir los daños y la cantidad de información errónea y desinformación.
Consejo:
Evitar amplificar las afirmaciones falsas
No olvidemos que al desmentir afirmaciones falsas corremos el riesgo de aumentar su difusión o incrementar su impacto. Nuestro análisis puede despertar la curiosidad de la gente y hacer que accedan a la información de cuya falsedad les estamos advirtiendo.
Por suerte, hay formas de atenuar esas consecuencias no deseadas. En South Asia Check seguimos un criterio de viralidad para escoger la información que queremos desmentir. Es decir, examinamos el valor como noticia y el potencial de llegar a un decir, examinamos el valor como noticia y el potencial de llegar a un público muy numeroso de una afirmación en caso de no desmentirla. Archivamos los enlaces a la fuente de la afirmación por medio de Wayback Machine, que almacena las URL. Tratamos de reducir al máximo la difusión de la afirmación falsa no enlazando directamente con la fuente de la que proviene. «La difusión, en cualquiera de sus formas, era el objetivo principal» (Fuente: First Draft News) de quienes han propagado la información falsa, por eso, en este caso, no vincular la fuente de la que proviene nos libra de caer en la trampa.
Esta guía va dirigida a los investigadores que trabajan solos, a los que colaboran con otros o a los que desarrollan su labor en el seno de una organización civil pequeña. Algunas de los temas que trataremos son:
¿Cuál es la responsabilidad del fact-checker?
¿Qué principios éticos y de seguridad debemos tener en cuenta al realizar un fact-checking?
¿Cuándo y de qué forma publicar un fact-checking?
¿Qué hacer cuando un fact-checking no aporta respuestas concluyentes?
¿Qué importancia tiene la colaboración en el ámbito del fact-checking? ¿Cómo se lleva a cabo el fact-checking de un fact-checking? ¿Cómo se verifica una verificación?
Empezar el fact-checking
Lo primero que hace una persona con mentalidad de fact-checker al encontrarse con un vídeo, una foto, un meme o un texto polémico, es analizarlo con toda atención. El fact-checking nace del escepticismo y la curiosidad sana, y comienza con un buen montón de preguntas: quién, qué, cómo, dónde, cuándo y por qué. Pero en realidad, la esencia del fact-checking es un pregunta básica y primordial: ¿Es cierta esta afirmación?
La verificación es el núcleo del fact-checking.
El fact-checker debería verificar el material en su contexto y evitar hacer conjeturas generales. Siempre actuaremos con amplitud de miras, observaremos cómo y por qué se difunde la información errónea y quién está detrás de ello, no solo qué personas sino también qué intereses y tendencias de mayor envergadura. Indagar a fondo en los antecedentes de las personas que difunden información falsa puede desvelar conexiones con determinados partidos políticos.
Ejemplo:
En febrero de 2021, los usuarios de las redes sociales comenzaron a compartir una fotografía de un mitin político en Katmandú, la capital de Nepal, que mostraba una bandera india entre las de Prachanda-Madhav, una facción escindida del Partido Comunista de Nepal (en el poder desde junio de 2021). La imagen disparó la polémica y alimentó la teoría conspiranoica de que India estaba involucrada con la oposición al por entonces primer ministro del país.
Los fact-checkers de South Asia Check realizaron una búsqueda inversa de imágenes (una simple búsqueda por imágenes) y una búsqueda por palabras clave que demostraron que la fotografía en cuestión pertenecía a un mitin previo y que además se había manipulado para insertar la bandera india. Una investigación más a fondo reveló que los usuarios que habían compartido la noticia eran personas cercanas al partido en el poder y que su intención era desprestigiar el mitin de la oposición.
Captura de pantalla del artículo de South Asia Check titulado «Fotografía antigua manipulada con Photoshop para mostrar una bandera india en la manifestación del 10 de febrero»: https://southasiacheck.org/fact-check/old-photo-photoshopped-to-show-indian-flag-in-february-10-demonstration/. Captura de pantalla realizada por Tactical Tech el 10 de junio de 2021.
Ahora hablemos del proceso de fact-checking.
¿Qué datos necesita un fact-checking?
Para responder a esta pregunta es fundamental pensar en el interés público.
Nos preguntaremos:
¿Qué valor tiene este dato para el público?
¿Significa algo para mí o aclara algo a los demás?
Las declaraciones falsas de los políticos son un caso aparte.
¿Las ha realizado un presidente o primer ministro, o un líder de la oposición?
¿Las ha realizado una persona famosa con muchos seguidores?
Hablamos de personas cuyas palabras tienen mucho peso y considerables consecuencias. Mucha gente se creerá sus declaraciones. Los lapsus evidentes, los errores de bulto o las parodias no necesitan un fact-checking completo y basta con señalarlos. Esto se debe a que el fact-checking consiste en desmentir falsedades deliberadas, no en exponer errores humanos. Por otra parte, la función de la parodia es el humor, por lo que no hay que tomársela en serio.
Archivar la información
Antes de empezar el fact-checking es importante archivar la información. Descargaremos la foto o el vídeo y haremos una captura de pantalla de la publicación. El autor de la presunta falsa afirmación quizá la borre si se da cuenta de su error o si advierte que le han descubierto. Pero incluso en ese caso, es muy posible que otros usuarios la hayan compartido ya en otras redes sociales.
Consejo:
Conservarlo y archivarlo todo
Para obtener una visión general de cómo archivar y encontrar contenido archivado en internet, contamos con la guía Retrieving and Archiving Information from Websites de este Kit. En ella encontraremos consejos, trucos y recomendaciones sobre herramientas útiles en diversos contextos.
Las herramientas más comunes para archivar contenido online para futuras referencias son:
Internet Archive: para buscar y recuperar contenido archivado con anterioridad.
WayBack Machine: herramienta de Internet Archive que permite guardar o archivar páginas web online de forma manual y recuperar páginas o sitios web archivados. Tiene algunos problemas para archivar y mostrar imágenes y gráficos de las páginas web.
Archive Today: herramienta online que permite guardar o archivar páginas web de forma manual y recuperar páginas o sitios web archivados. Es parecida a Wayback Machine, pero tiene la ventaja de que hace capturas de pantalla de las páginas web, de forma que las imágenes y gráficos son más fáciles de conservar.
Investigar la afirmación
La investigación comienza con una serie de preguntas sobre una declaración o afirmación que queramos verificar. Realizaremos una búsqueda por palabras clave en las páginas web de los periódicos mayoritarios, del ministerio relevante y de organizaciones y departamentos de investigación. A menudo la búsqueda por palabras clave en buscadores y redes sociales da como fruto más información y pistas. ¿Alguna fuente fiable ha publicado algo sobre esos datos? ¿Ha desmentido la información algún otro fact-checker?
Consejo:
Cómo evaluar la credibilidad de una fuente
La investigación nos llevará a muchas páginas web y expertos que enriquecerán el fact-checking y le darán credibilidad, pero solo si esas fuentes son de fiar.
En la páginas web, visitaremos la sección About Us o Quiénes Somos para asegurarnos de que pertenecen a personas o instituciones autorizadas.
Si se trata de un experto, comprobaremos sus antecedentes y experiencia.
¿Tiene relación con alguna institución fiable, por ejemplo, una universidad o laboratorio de ideas (think tank en inglés)?
¿Aplica algún tipo de metodología estándar en sus investigaciones?
¿Aparece citado en periódicos y publicaciones prestigiosas?
¿Es una autoridad reconocida en el tema?
Los siguientes recursos nos ayudarán a pulir nuestras habilidades como fact-checkers:
Si no está verificado, no es válido, sección de Exponiendo lo Invisible perteneciente al capítulo Elementos fundamentales de una investigación.
Evaluating Evidence and Information Sources (Evaluación de pruebas y fuentes de información), guía de este Kit de Exponiendo lo Invisible.
Toolbox for Newsgathering and Verification (Herramientas para recolectar y verificar información), de First Draft.
Una vez terminada la búsqueda en internet, nos centraremos en las fuentes humanas: los expertos.
Los localizaremos por medio de redes sociales como LinkedIn o Twitter.
Les explicaremos por qué deseamos hablar con ellos. Antes de entrevistar a un experto es necesario estudiar el tema en profundidad, porque si carecemos de los conocimientos básicos la mayoría perderá el interés y no nos tomará en serio. Una base sólida de investigación online previa nos permitirá entrevistar a un experto con un mínimo de calidad.
A veces los expertos hacen referencia a bibliografía, datos o informes, que a su vez nos conducen a nuevas fuentes humanas. Además, también nos aclaran el contexto y nos ayudan a comprender mejor el tema de la investigación.
Nota:
Contactar con fuentes humanas, planificar y llevar a cabo entrevistas
Las siguientes guías de Exponiendo lo Invisible contienen más métodos y consejos relacionados con la identificación y entrevistas con fuentes humanas:
Si bien el fact-checking de textos y fotografías publicadas en internet es hasta cierto punto fácil de realizar por medio de herramientas online, los vídeos suponen un desafío mucho mayor. Hay que intentar buscar el vídeo original o su fuente. Las búsquedas por palabras clave en las redes sociales y la capacidad de observación y escucha son muy útiles para desmentir un vídeo viral.
Existen herramientas, como Invid, una extensión del navegador que divide un vídeo en fotogramas clave, con los que se pueden realizar búsquedas inversas de imágenes. Una herramienta parecida es YouTube data viewer, que nos permite acceder a la fecha y hora en que se ha subido un vídeo a la plataforma por primera vez (pero no cuando se ha grabado).
No obstante, conviene no olvidar que la herramienta más importante es el cerebro.
Ejemplo de buena capacidad de observación
En agosto de 2020 colaboré con Alt News, una organización india de fact-checking, para desmentir un vídeo procedente Nepal que se había vuelto viral en las redes sociales indias. Las imágenes mostraban a unos «periodistas» grabando a las víctimas de un accidente de carretera. Los usuarios indios reaccionaron airados ante la aparente insensibilidad de los periodistas. Un portavoz de la policía me comentó que se trataba de un montaje. Pero la pista más importante la aportó un fact-checker de Alt News que vio el vídeo varias veces y encontró a un camarógrafo que dirigía a los actores. El fact-checker consiguió confirmar que se trataba de un montaje. Un vídeo o una fotografía pueden aportar mucha información, pero para extraerla debemos estudiarlos con atención una y otra vez.
Usaremos nuestra capacidad de observación y habilidades de investigación para identificar la localización de las fotografías y vídeos, pensaremos en palabras clave que nos permitan averiguar de dónde proceden y recurriremos a herramientas como Google Earth, Street View, BingMaps, HereWeGo, etc. para geolocalizar el lugar.
Consejo
Aprender a geolocalizar
Hay multitud de guías y tutoriales para aprender y practicar a geolocalizar fotografías y vídeos, e identificar y verificar imágenes de una determinada localización o acontecimiento. Las siguientes son un buen punto de partida.
A Beginner”s Guide to Geolocating Videos (Guía de geolocalización de vídeos para principiantes), de Eliot Higgins, Bellingcat.
How to Geolocate a Video or Image in 5 Steps (Geolocalizar vídeos o imágenes en 5 pasos), International Fact-checking Network.
Quick reference guides for verifying eyewitness photos (Guías de referencia rápida para verificar vídeos de testigos), de First Draft News (enlace archivado aquí).
Using the Sun and the Shadows for Geolocation (El sol y las sombras como elementos para la geolocalización).
Advanced Guide on Verifying Video Content (Guía avanzada de verificación de contenido en video), de Aric Toler, Bellingcat.
How to Conduct Comprehensive Video Collection (Cómo llevar a cabo una recolección exhaustiva de vídeos), de Aric Toler, Bellingcat.
Using Maps to See Beyond the Obvious (Usar mapas para ver más allá de lo evidente), de Alison Killing, Kit de Exponiendo lo Invisible.
Publicar el fact-checking o investigar más a fondo
Puede que el propósito de nuestro fact-checking sea publicarlo en un blog, en nuestras redes sociales o en la página web para la que trabajamos.
Quizá forme parte de un proceso de investigación de mayor envergadura, y tengamos que realizarlo ya que, una vez terminado el trabajo investigativo propiamente dicho, todo lo que digamos o publiquemos tiene que ser irrefutable, es decir, tiene que superar cualquier escrutinio o análisis pormenorizado, ser verificable y estar corroborado por múltiples fuentes auténticas. Cuando investigamos un tema amplio es necesario asegurarse de la veracidad de cada dato que hayamos recabado. La diferencia estriba en que, en lugar de publicar el fact-checking como tal, lo conservaremos, bien documentado y en lugar seguro, por si alguien pone en duda la credibilidad de la investigación. Si en algún momento nos vemos obligados a demostrar la veracidad de nuestras afirmaciones y proteger nuestra credibilidad, o incluso si alguien a quien hayamos investigado nos demanda por difamación, un proceso meticuloso de documentación y fact-checking es un auténtico seguro de vida. Por ejemplo, la clave para resolver esta demanda contra los reporteros de la OCCRP (Organised Crime and Corruption Reporting Project, en español, Proyecto de Investigación contra el Crimen Organizado y la Corrupción) después de una batalla legal que duró dos años fue un proceso de investigación y fact-checking irrefutable.
Sea cual sea nuestra intención u objetivo, los métodos de fact-checking serán los mismos.
Tras hablar con las fuentes, comprobar sus antecedentes, disponer de todos los enlaces e identificar las fuentes auténticas que respalden nuestros descubrimientos, ha llegado el momento de escribir sobre ellos (si es eso lo que tenemos en mente) o de decidir cómo incluirlos en el contexto de una investigación más amplia.
Unos cuantos principios básicos a tener en cuenta a la hora de redactar y publicar un fact-checking son:
Las pruebas deben ser el núcleo.
A menudo, el fact-checking trata temas polémicos o controvertidos. El primer paso es describir el contexto y las afirmaciones.
Las reglas de redacción estándar (uso de la voz activa, redacción con oraciones simples y sencillas) también se aplican a los informes de fact-checking.
Hay fact-checkers más prolijos. A pesar de ello, aunque la concisión es necesaria, la claridad es lo importante.
Nota:
Ingredientes de un fact-checking meticuloso
Los aspectos esenciales que debemos tener en mente para una presentación meticulosa de un fact-checking en la página web, el blog, las redes sociales, o cualquier otra plataforma de la organización para la que trabajamos, son los siguientes:
Las declaraciones o afirmaciones iniciales: Hay fact-checkers que parafrasean las declaraciones o afirmaciones para eliminar palabras o expresiones innecesarias. Si bien es un recurso que tiene sus ventajas, a menudo es mejor citar palabra por palabra la afirmación original para que los lectores sepan qué se quiere verificar o desmentir. Si el sujeto de la investigación ha realizado varias declaraciones, lo mejor es dividirlas en tres o cuatro partes para que resulten más comprensible y comprobar los datos uno por uno.
Enlaces a las fuentes: Nos aseguraremos de proporcionar los enlaces a las fuentes originales y de nombrar y enlazar las biografías de los expertos que hayamos citado. También archivaremos los enlaces por medio de herramientas como www.archive.is o https://archive.org/web/, ya que las URL pueden cambiar o romperse.
Resumen de los datos descubiertos: sintetizaremos los descubrimientos en una serie de puntos al principio del documento y los desarrollaremos después. Es vital incluir el proceso de fact-checking en el texto para que cualquier persona pueda replicarlo.
Ayudas visuales: Un informe de fact-checking es a menudo un texto prolijo, pero no por ello debe ser poco atractivo desde un punto de vista visual. Las imágenes (fotografías, vídeos, gráficos o capturas de pantalla) ilustran un texto. Por ejemplo, el grupo británico de fact-checking Fullfact diseña e ilustra sus trabajos de esta forma sencilla y a la vez eficaz.
Calificación o veredicto final: Al final del informe ofreceremos una calificación o veredicto como por ejemplo falso, engañoso o verdadero a medias. También podemos incluir un resumen o síntesis al final.
Una perspectiva desde India
Declaraciones falsas y violencia
En julio de 2018, en Rainpada, una aldea del estado indio de Maharashtra, una turba furiosa linchó a cinco hombres que pertenecían a una comunidad nómada a causa de un rumor difundido a través de WhatsApp, un servicio de mensajería instantánea propiedad de Facebook de gran popularidad en India.
Los hombres procedían de un pueblo situado a 500 kilómetros de distancia y se habían desplazado hasta Rainpada para asistir al mercado semanal. Después de que uno de ellos conversara con una joven del lugar, los aldeanos sospecharon que los cinco hombres eran secuestradores de niños y estalló la violencia, según la agencia de noticias india Scroll.
Quizá la furia de los lugareños se debiera a una serie de fotos de niños que circulaba por WhatsApp. Más tarde, un fact-checking llevado a cabo por Alt News descubrió que las imágenes procedían de un ataque con armas químicas acaecido en Siria en 2013. La matanza de Rainpada de julio de 2018 ha sido tan solo un caso en una serie de asesinatos vinculados a mensajes virales en WhatsApp en India. Los crímenes llevaron a la aplicación a limitar el reenvío de mensajes en el país a un máximo de cinco chats por vez.
India es un buen ejemplo de lo que sucede cuando millones de personas con acceso a datos móviles baratos, instigadas por el miedo, se creen a pie juntillas ciertos montajes online y reaccionan ante ellos. India es un país que sufre de un problema de división interna que dura ya varias décadas. Los líderes de las comunidades hacen uso de la división social para su propio beneficio político y recurren a la desinformación para difundir el odio contra las minorías. «En India hay una avalancha de información política y comunitaria errónea. Como ha sucedido en el resto del mundo, la información médica errónea ha aumentado exponencialmente durante la pandemia», según Jignesh Patel, fact-checker de Alt News.
Desinformación y discriminación
Con la propagación de la COVID-19 y la subsiguiente imposición del confinamiento en todo el país, la circulación de vídeos manipulados y mensajes falsos sobre la pandemia se multiplicó. Los usuarios de redes sociales del país, cada vez más numerosos, fueron víctima fácil de la información errónea.
Otro buen ejemplo es la desinformación sobre el Yamaat Tablighi, un movimiento misionero musulmán, cuyos miembros se habían congregado en su sede central de Nueva Delhi a mediados de marzo de 2020. Si bien es cierto que la congregación terminó siendo un gran foco de contagio, no tardó en hacerse viral en las redes sociales un vídeo en el que se afirmaba que los musulmanes lamían los cubiertos con la intención de propagar el virus COVID-19. AltNews y otras agencias recurrieron a herramientas online y offline para desmontar el bulo.
En primer lugar, Alt News se puso en contacto con el administrador de una página de Facebook, que les informó que los musulmanes procedían de Kirguistán. Después llevó a cabo una búsqueda en Google con las palabras clave «musulmanes lamiendo cubiertos», que dio varios resultados, incluyendo un vídeo del 31 de julio de 2018. Dicho vídeo confirmó que se trataba de miembros de Dawoodi Bohras, una comunidad musulmana cuyos miembros viven en India y otros países de Asia y practican el principio de no desperdiciar comida, de ahí lo de lamer los cubiertos.
La información errónea sobre esta comunidad se propagó tras la ola de violencia antimusulmana de principios de 2020. Los canales de televisión sectarios avivaron el fuego de la tensión intercomunitaria y ayudaron a que se propagara la discriminación contra los musulmanes con el logo «coronajihad» y su correspondiente hashtag por todo el país, gobernado por el BJP (Bharatiya Janata Party o Partido Popular Indio), partido nacionalista hindú liderado por Narendra Modi.
En un artículo publicado en la página web del Bulletin of the Atomic Scientists (Boletín de científicos atómicos), varios investigadores de la Universidad de Princeton afirmaban que ciertos cargos gubernamentales y presentadores de noticias habían exacerbado unas tensiones que existían desde hacia mucho tiempo por medio de la difusión de información errónea. «En países como India, con una población musulmana considerable, la mayor parte de las noticias falsas sobre la pandemia han culpado a la comunidad islámica de la rápida propagación de la COVID-19». El artículo también mencionaba los rumores en las redes sociales nepalíes que acusaban a dos mujeres musulmanas, a las que se les había caído dinero al suelo por puro accidente, de estar infectadas de coronavirus y haber escupido en los billetes con el fin de propagar la enfermedad.
Nepal e India comparten una frontera abierta y porosa de más de 1800 kilómetros. La facilidad con que los rumores la atraviesan nos brinda una buena oportunidad de llevar a cabo fact-checkings transfronterizos. En diciembre de 2020 trabajé en el fact-checking transfronterizo de una noticia viral sobre una sentencia del Tribunal Supremo nepalí que prohibía los altavoces en los minaretes de las mezquitas. Los usuarios indios de las redes sociales comenzaron a compartir la orden provisional (redactada en nepalí) junto con la afirmación de que en Nepal se habían prohibido los altavoces en las mezquitas. En realidad, el Tribunal Supremo de Nepal, siguiendo una reclamación, había dictado una orden provisional a las mezquitas de bajar el volumen de los altavoces.
La desinformación como instrumento político
Las fuerzas políticas indias recurren cada vez a métodos de desinformación política más sofisticados. El 2 de abril de 2021, uno de los partidos de la oposición compartió en su canal de redes sociales oficial un vídeo borroso en el que se veía al primer ministro Narendra Modi saludando con la mano a un campo vacío. El vídeo de mala calidad afirmaba que Modi estaba dispuesto incluso a saludar a un campo vacío con tal de arañar un puñado de votos. BoomLive, una de las agencias de fact-checking más importantes del país, desmintió el vídeo. La agencia descubrió que alguien había manipulado el vídeo original eliminando el sonido de los vítores y desenfocando las imágenes de la multitud, que se encontraba a cierta distancia del líder, para que pareciera que el lugar estaba vacío.
Una experiencia nepalí
Desde su creación, South Asia Check se ha esforzado en que los cargos públicos se responsabilicen de sus palabras. Desde su fundación en 2015, esta agencia pionera ha publicado fact-checkings de declaraciones de primeros ministros, ministros parlamentarios y políticos.
Ha sido un trabajo tedioso. Ha habido veces en que después de escuchar entrevistas en televisión durante horas, no aparecían datos que verificar porque, o bien las fuentes no mencionaban cifras y datos objetivos en sus declaraciones, o bien no había forma de verificarlos.
Nota: cuando el fact-checking no es posible
No siempre es posible realizar un fact-checking. Por ejemplo, las intenciones de las personas, las profecías o las predicciones no son verificables. En la mayor parte de los casos un fact-checking depende de la existencia de pruebas de acceso público que nos permitan desmentir una declaración.
Si bien la información errónea existe desde antes de la COVID-19, su incremento ha sido notable durante la pandemia. Tras la imposición del confinamiento a nivel nacional en marzo de 2020, los nepalíes quedaron encerrados en sus casas, internet se convirtió en la principal fuente de información y las redes sociales en los canales de consumo diario de noticias.
En marzo de 2020 comenzó a circular un meme por Facebook en el que se afirmaba que hacer gárgaras con agua con sal o vinagre eliminaba la COVID-19. En South Asia Check nos pusimos manos a la obra y llevamos a cabo un fact-checking para desmontar el bulo.
Imagen de la página web de South Asia Check con el pie de página «Este meme que circula por las redes sociales de Nepal afirma que beber mucha agua o hacer gárgaras con agua y sal o vinagre elimina el coronavirus de la garganta». Fuente https://southasiacheck.org/fact-check/covid-19-whats-circulating-on-social-media-and-what-are-the-facts/. Captura de pantalla de Tactical Tech, 10 de junio de 2021.
Por desgracia este meme no ha sido un caso aislado. En los chats privados de WhatsApp y Facebook Messenger circulaba más información errónea relacionada con la COVID-19. También hemos desmentido varias teorías conspiranoicas que se difundieron a través de canales de YouTube que iban desde la falsa comparación del coronavirus con la gripe estacional a la interpretación falsa de los datos de un informe sobre el número de muertos por COVID-19 en Italia, pasando por la afirmación de que las mascarillas no protegen a las personas contra la enfermedad.
Son muchas las incógnitas sobre el nuevo coronavirus. Para esclarecerlas hemos recurrido a instituciones fiables como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y los Centros para el Control y la Prevención de enfermedades/CDC y a expertos nepalíes (especialistas en enfermedades infecciosas, virólogos y funcionarios de salud pública), que nos han proporcionado opiniones y pruebas de gran valor para la lucha contra la información errónea y la desinformación.
Todos los días, los políticos hacen declaraciones carentes de fundamento, y lo hacen con total impunidad, pero el problema comienza cuando el público general las amplifica. El primer ministro nepalí, K.P: Sharma Oli, que llegó al poder en febrero de 2018 tras una campaña electoral de corte populista, se ha convertido en el político sobre el que más fact-checkings hemos realizado. Oli, con su antiintelectualismo y su costumbre de presentarse como un experto en cualquier materia, nos ha proporcionado material abundante.
Al principio se dedicó a difundir datos pseudocientíficos y remedios caseros para curar la COVID-19. En un vídeo de una reunión del consejo de ministros que tuvo lugar en abril de 2020, trató de convencerles de que beber agua caliente y hacer inhalaciones de vapor curaban la enfermedad. También aconsejó a la población que se abstuviera de consumir comidas frías (helados, por ejemplo), a pesar de la OMS ya había desmentido ese bulo.
Después de que Oli disolviera el Parlamento en diciembre de 2020 y convocara elecciones generales, tanto su partido como su facción rival han tratado de ganarse el apoyo de la población. En un intento por influir en los votantes, Oli ha utilizado las plataformas políticas para defender las medidas de su gobierno y exagerar sus éxitos. Cuando la información errónea se difunde desde arriba tiene un efecto muy poderoso debido a su capacidad de llegar a la gran mayoría del público. Por eso seguimos intentando que el primer ministro Oli rinda cuentas por sus declaraciones.
También hemos descubierto que la información errónea se difunde muy deprisa desde abajo. Durante el año pasado, hemos prestado atención a los bulos virales que circulan por las redes sociales. De nuevo, la pandemia de la COVID-19 ha demostrado ser terreno abonado para el fact-checking.
Por ejemplo, a principios de mayo circuló por las redes la fotografía de un pequeño retrete exterior que se había construido en el hospital de COVID-19 de la región centro-sur de Nepal y que habría costado 2.5 millones de rupias nepalíes (unos 18 500 euros). Nuestro fact-checking demostró que en realidad se trataba de una fotografía tomada en el estado indio de Gujarat hace cinco años.
También hemos desmentido un mensaje que circulaba por WhatsApp y Facebook Messenger según el cual un estudiante indio habría descubierto un «remedio casero» para la COVID-19 validado por la OMS. Si bien nos resultó imposible determinar la fuente del mensaje, nos pusimos en contacto con expertos de la OMS que desmontaron el bulo.
La información errónea cruza las fronteras con facilidad. Los bulos sobre el mercurio rojo, una sustancia que no existe, se difundieron por las redes sociales de India en septiembre de 2020. Por las páginas web en hindi circularon afirmaciones de que se trataba de un material muy valioso. Los fact-checkers no tardaron en desmontar el bulo. En octubre del mismo año, los usuarios nepalíes de redes sociales se hicieron eco del tema. Algunos publicaron mensajes en grupos de Facebook instando a quienes tuvieran equipos de radio o televisores antiguos que contuvieran mercurio rojo a ponerse en contacto con ellos.
Nota:
¿Por qué las noticias de última hora y las catástrofes disparan la información errónea?
La información errónea se difunde en tiempos de crisis e incertidumbre. El deseo de saber vuelve al público vulnerable a afirmaciones falsas o engañosas. Los usuarios de las redes sociales y los principales medios de comunicación bombardean a la población con información inexacta y contradictoria. La ignorancia sobre materias como la COVID-19 produce temor y ello provoca que se difunda información errónea.
La falta de educación mediática es también un grave problema. A veces el público no comprende bien cómo funcionan los medios de comunicación y cómo se generan las noticias. En estos casos, la gente comparte fotografías, memes o contenido que encuentra en las redes sociales sin comprobar su procedencia o veracidad. La mayoría de las veces su intención es buena y pretenden, por ejemplo, alertar a su familia y grupo de amigos.
Pero la información errónea puede ser muy dañina porque la gente tiende a creérsela y a tomar medidas. Para poder tomar decisiones informadas se necesitan datos precisos y fiables.
Por ejemplo, por las redes sociales ha circulado el video de una avalancha que tuvo lugar el 11 de enero de 2021 en la región centro-norte de Nepal, pero en él se afirmaba que las imágenes pertenecían a la catástrofe de Uttarakhand de 2021. Boom Live, una agencia india de fact-checking confirmó que el vídeo procedía en realidad de Nepal.
Comprobación de datos y seguridad
La mayor parte del trabajo de fact-checking puede hacerse desde un escritorio. A diferencia del reportero, para el fact-checker, sobre todo en el campo de la difusión de información errónea por internet, el trabajo de campo apenas es necesario. Sin embargo, este trabajo a menudo nos expone a una enorme cantidad de mensajes, fotografías y vídeos que pueden afectar a nuestro bienestar.
Problemas de salud mental
Al realizar un fact-checking, es fácil que nos veamos expuestos a imágenes terribles, como asesinatos, inundaciones, avalanchas, violencia o tortura. Presenciar imágenes violentas o angustiosas en pantalla puede causar traumas. Al igual que los fotógrafos que trabajan con imágenes de este tipo, los fact-checkers corren el riesgo de sufrir de trauma vicario, también conocido como trauma secundario o indirecto.
No es probable que la exposición a cantidades limitadas de imágenes desagradables cause un trastorno importante, sin embargo, la exposición continua a imágenes angustiosas o macabras puede desencadenar un trauma vicario, secundario o indirecto, según el Dart Center for Journalism and Trauma, un proyecto de la Columbia Journalism School. Una herramienta desarrollada por dicho centro ofrece consejos para eliminar la exposición continua, como reducir o ajustar el brillo de la pantalla y tomar descansos frecuentes.
En palabras de Jignesh Patel, periodista e investigador en Alt News «El fact-checking nos enfrenta a gran cantidad de contenido e imágenes perturbadoras. Es importante ser conscientes de que esta actividad tiene consecuencias sobre la salud mental, de modo que los fact-checkers deben procurarse ayuda profesional siempre que lo necesiten. También es importante conversar y compartir experiencias de trabajo con colegas».
Higiene digital
La seguridad digital o ciberseguridad es importante para los fact-checkers porque rastrean la web para investigar afirmaciones falsas y dejan a su paso una gran cantidad de huellas digitales. Nos comunicaremos por medio de aplicaciones de mensajería instantánea encriptadas de extremo a extremo como Signal e investigaremos con navegadores que respeten nuestra privacidad como DuckDuckGo.
Nota:
La guía La Seguridad Es Lo Primero de este Kit ofrece consejos para mantener la salud física, psicológica y digital, ser conscientes de los peligros potenciales del oficio, adoptar hábitos saludables y escoger las herramientas adecuadas para protegernos a nosotros mismos y a nuestras fuentes e información.
Debemos también borrar el historial de navegación con frecuencia y protegernos contra el phishing y otros tipos de fraude informático. Para Patel, «Los fact-checkers siempre deben tener cuidado al coordinarse e interactuar en las redes sociales con fuentes no verificadas. En el mundo digital todos debemos conocer la credibilidad e identidad de las fuentes».
Según mi propia experiencia, la protección de los datos es fundamental. También hay que tener cuidado con la comunicación con las fuentes, pues una vez que enviemos una foto, vídeo o texto, los datos dejan de estar bajo nuestro control. Seamos conscientes de las trampas de la comunicación digital e intentemos proteger nuestros dispositivos de cualquier ataque. Estos consejos también son útiles para proteger a terceras personas, por ejemplo, las fuentes que han contribuido al proceso de comprobación de datos.
Algunas reflexiones personales
Los fact-checkers debemos enfrentarnos a las repercusiones negativas de nuestro trabajo. Antes de compartir contenido en cualquier página web o red social es crucial pensar bien en las consecuencias. Cuando empecemos a hacerlo de forma regular, es decir cuando desarrollemos la mentalidad de fact-checkers, estaremos siempre bajo escrutinio. La mayoría de los fact-checkers operamos online, lo cual facilita las críticas a nuestro trabajo. Es posible incluso que nos acosen y troleen. Por lo general, no es recomendable enfrentarse a los troles. Lo más recomendable es ignorarlos.
La organización estonia Propastop protege de manera estricta el anonimato de sus fact-checkers e investigadores para evitar el acoso de troles o hackers.
Conviene subrayar que cuando un usuario nos advierte de que hemos cometido un error es necesario encargarse de subsanarlo. Una política de corrección rigurosa cimenta nuestra credibilidad. Siempre responderemos a los comentarios legítimos y seremos sinceros en lo referente a nuestro proceso de trabajo.
El fact-checking de los fact-checkers
Existen dos tipos de fact-checking:
Antes de la publicación.
Después de la publicación.
La mayoría de las revistas y agencias de noticias contemplan ya el fact-checking de datos y cifras como parte del proceso editorial. Se realiza antes de la publicación de la noticia para asegurar la precisión. Los periodistas, investigadores, etc. lo llevan a cabo durante todo el proceso de recabado de información y siempre antes de la fase de publicación.
Del fact-checking que se lleva a cabo después de la publicación se suelen ocupar agencias profesionales como South Asia Check, AfricaCheck y Chequeado. En South Asia Check nos ocupamos del fact-checking de declaraciones llevadas a cabo por personajes públicos después de su publicación, es decir, después de que la persona se haya pronunciado sobre algo en una declaración pública, ya sea escrita u oral. El objetivo es que los cargos públicos se responsabilicen de sus palabras. Otro objetivo adicional es fomentar la transparencia de las afirmaciones y la precisión en lo tocante a los datos y las cifras.
Por más empeño que pongamos en la transparencia, a los fact-checkers se nos acusa con frecuencia de sesgo. En realidad, el sesgo es una característica inherente al ser humano. Todos sufrimos de algún sesgo que afecta a nuestro trabajo. Los expertos han clasificado varios tipos, como el sesgo de confirmación, que es una preferencia por aquello que respalda nuestras creencias. A veces es difícil desprenderse de nuestro sistema de creencias y abrirnos y aceptar puntos de vista distintos. Los fact-checkers debemos esforzarnos por poner nuestro sistema de creencias en pausa y ser abiertos e imparciales.
Nota:
Y entonces, ¿quién vigila a los vigilantes?
Aquí es donde entra a la palestra la International Fact-checking Network (IFCN), (Red Internacional de Fact-checking) con sede en el Poynter Institute, Estados Unidos. La IFCN ha desarrollado un código de conducta y principios éticos para fact-checkers. Los fact-checkers de todo el mundo pueden solicitar convertirse en signatarios del código. El 10 de junio de 2021 el IFCN code of principles contaba ya con 95 agencias signatarias, entre las que se encuentra South Asia Check.
Captura de pantalla del Código de conducta y principios éticos del IFCN Página web: https://ifcncodeofprinciples.poynter.org/know-more/the-commitments-of-the-code-of-principles. Captura de pantalla realizada por Tactical Tech el 10 de junio de 20121.
La IFCN sienta a nivel global las bases del fact-checking. Cada año evalúa si sus miembros respetan el código. El proceso de certificación es riguroso y meticuloso. Un equipo de especialistas revisa docenas de criterios para convertirse en miembro. Entre ellos se incluyen la imparcialidad del candidato, la transparencia de sus fuentes, la política de corrección y si sigue una metodología coherente. South Asia Check ha publicado la información requerida en su página web: https://southasiacheck.org/about/.
A los fact-checkers se nos exigen unos estándares profesionales y éticos elevados. Si nuestro trabajo consiste en hacer que personas poderosas se responsabilicen de sus palabras, debemos estar dispuestos a que se nos juzgue por el mismo rasero. Una forma de conseguirlo es hacer que el proceso sea replicable (es decir, reproducible por otros) para garantizar su transparencia. Otro método sencillo es proporcionar una descripción del proceso: qué métodos y herramientas se han utilizado, a qué expertos se ha consultado, y las razones que nos han llevado a determinado veredicto.
También es crucial aceptar que, como seres humanos, no somos perfectos y podemos cometer errores. La clave es corregirlos tan pronto como seamos conscientes de ellos.
Nota:
Una vez publicado el fact-checking, ya sea en una página web o en una red social, existen varias formas de corregir o admitir un error. Lo importante es ser sinceros y transparentes al respecto.
En South Asia Check, por ejemplo, añadimos las correcciones al final del artículo o informe de fact-checking, tal y como hicimos en este caso:
Captura de pantalla de South Asia Check: «Presunto mensaje de texto del gobierno sobre el final del toque de queda era un bulo»: https://southasiacheck.org/fact-check/purported-government-text-message-about-covid-curfew-was-a-hoax/,. Captura de pantalla tomada por Tactical Tech el 10 de junio de 2021. Traducción: South Asia Check se puso en contacto con los portavoces de la Policía de Nepal y la Fuerza Policial Armada con el fin de interesarse por la noticia. El portavoz de la Policía de Nepal, Kuber Kadayat, afirmó que la noticia era falsa. «La información no es correcta. Hemos solicitado una investigación a nuestra oficina de delitos informáticos», dijo. De igual forma, el portavoz de la Fuerza Policial Armada, Raju Aryal, afirmó que no se había tomado tal decisión sobre el toque de queda y que estaban investigando cómo se había divulgado la noticia. El 19 de octubre el ministro del Interior hizo pública una nota de prensa en la que declaraba que el SMS era engañoso, incorrecto e infundado. El ministro afirmó que había una investigación en curso. Nota: el titular «toque de queda de Covid» se ha cambiado por «fin del toque de queda». La expresión «servicio de SMS masivo de Nepal Telecom» se ha cambiado por «servicio de SMS masivo».
La página web de fact-checking de AFP, por su parte, dedica una página a las correcciones en la que explica la metodología que utiliza y señala los artículos editados. Se puede consultar en https://factcheck.afp.com/corrections
El fact-checking como parte integral de una investigación
En los viejos tiempos, las revistas se ocupaban del fact-checking porque tenían un periodo de producción más largo. En este artículo de TIME de 2017 titulado «Here”s How the First Fact-Checkers Wete Able to Do Their Jobs Before the Internet» (Así es como trabajaban los primeros fact-checkers antes de internet), Merrill Fabry relata que lo más seguro es que esta revista fuera la primera en contratar fact-checkers. Nancy Ford, en nómina desde principios de 1923, fue la primera, y entre sus labores se contaba «la verificación de datos básicos, nombres y hechos de los artículos de TIME».
La revista The New Yorker es muy conocida por su riguroso proceso de fact-checking. En la redacción es habitual que los periodistas entreguen su cuaderno de notas junto al artículo. En un extracto de su libro The Art of Making Magazines (El arte de hacer revistas), publicado en la Columbia Journalism Review, Peter Canby habla sobre su experiencia al frente del departamento de fact-checking de la revista:
«Se empieza preguntándole al autor cómo ha construido el artículo y usando tanto sus fuentes como las del departamento de la revista. Después, en pocas palabras, desguazamos el artículo y lo montamos de nuevo».
Nota:
El aumento de las organizaciones de fact-checking en el mundo
A pesar de todo, el fact-checking como práctica independiente no tiene una historia muy larga. En Estados Unidos el Annenberg Public Policy Center de la Universidad de Pensilvania fundó Factcheck.org en 2003, y PolitiFact, que ha popularizado el fact-checking político, en 2008. La elección del presidente estadounidense Donald Trump, que «contribuyó» a la inclusión del término bulo (el famoso fake news en inglés) en la conversación cotidiana, trajo a primera línea al fact-checking con fuerzas renovadas en Estados Unidos. Según Poynter, en 2019 las organizaciones dedicadas al fact-checking eran ya 188 en más de 60 países (en 2014 eran 44), y 341 en al menos 102 países en junio de 2021, según el último censo global (2021) del Duke Reporter”s Lab, una institución que mantiene un map amundi de organizaciones de fact-checking, activas e inactivas.
Si bien las revistas practican el fact-checking desde hace décadas, quizá la primera organización sin ánimo de lucro que lo aplicó al campo de la investigación fue el Organized Crime and Corruption Reporting Project (OCCRP), (Proyecto de Información sobre el Crimen Organizado y la Corrupción), con sus equipos de fact-checkers y los procedimientos estandarizados que aplicaba a sus investigadores y a los informes que publicaba. En este artículo publicado en enero de 2020, el OCCRP nos permite echar un vistazo a sus procedimientos. En él, Birgit Bauer, directora del departamento de fact-checking del OCCRP, explica cómo la práctica se ha convertido en parte integral de cualquier investigación. «Como es natural, en las típicas investigaciones de la OCCRP que siguen la pista del dinero, llevamos a cabo fact-checkings de elementos clave como transacciones bancarias, políticos corruptos y sus contactos y la secuencia de sucesos. Pero muchas veces lo que sorprende a los investigadores en realidad son los detalles pequeños y en apariencia inocentes».
Exigir a un periodista de investigación que demuestre todas las frases de un artículo es un buen escudo contra posibles demandas y evita tener que publicar fes de erratas una vez publicados los artículos. No obstante, el OCCRP ha ido un paso más allá. En opinión del equipo del OCCRP, «Ante la proliferación de información errónea y la desinformación online que venimos presenciando en los últimos años, el proceso ha cobrado una nueva relevancia. En el OCCRP hemos descubierto que un estándar de precisión sin concesiones aumenta la confianza entre la redacción y los lectores».
Ejemplo:
Yo mismo he tenido ocasión de experimentar el legendario rigor del OCCRP cuando escribí un reportaje sobre la historia de un migrante nepalí que había viajado hasta Estados Unidos vía Latinoamérica. Nathan Jaccard, mi editor, me avisó antes de viajar al pueblo natal del migrante al oeste de Katmandú:
«Cada artículo va a pasar un proceso durísimo de fact-checking, de modo que vamos a necesitar pruebas de todo: entrevistas, documentos oficiales, tus notas, enlaces, etc.», me escribió en enero de 2020. «Es importante tenerlo en cuenta antes de salir y comenzar el reportaje, porque a veces nos olvidamos de conservar todas las pruebas y conseguirlas después es un verdadero problema (¡A mí me ha pasado!)».
En julio de 2020 me preparé para lo que pensaba que iba a ser algo así como el interrogatorio exhaustivo de un fiscal. Llevaba preparadas montones de fotografías, mensajes de WhatsApp, documentos judiciales, transcripciones de entrevistas e informes de fuentes gubernamentales y no gubernamentales en mi defensa. Al final, tras unas cuantas preguntas, conseguí convencer a los fact-checkers del OCCRP. Sin embargo, aprendí la lección: el extenuante proceso había merecido la pena. Tras el fact-checking, la historia era irrefutable. El riguroso proceso me aseguraba que no se me había colado ni un solo error.
Los desafíos del fact-checking
Las redes sociales han cambiado de manera radical el alcance y el impacto de la información errónea y la desinformación. Mientras que la información falsa se hace viral a toda velocidad, desmentirla parece en ocasiones una batalla perdida. Los pilares del fact-checking son la precisión, la imparcialidad y la objetividad. ¿Es posible mantener siempre esos estándares?
Se ha producido un desajuste entre el alcance y la influencia del contenido viral y el intento de comprobar la veracidad de los datos. Jignesh Patel, fact-checker en Alt News India, afirma que la información errónea llega a muchos más lectores que la comprobación correspondiente. «Un fact-checker necesita mucho más tiempo para comprobar la veracidad de una notica que un conspiranoico o un desinformador para inventarse una teoría o difundir una falsedad. Estamos en una batalla constante y a contrarreloj para sacar a la luz datos fiables».
Otra crítica habitual es la tendencia a considerar las afirmaciones falsas en términos estrictos de verdad o mentira, cuando en realidad hay una extensa gama de grises que va desde la mentira flagrante a la exageración, pasando por la manipulación y la conspiranoia.
En South Asia Check clasificamos nuestros descubrimientos como falsificado, falso, engañoso, exagerado o mentira. Sin embargo, según cuenta Patel, Alt News incluye categorías como difícil de clasificar, falso, falso en gran medida, media verdad, cierto en gran medida y cierto. «Por otra parte, los buenos fact-checkers se aseguran de que el texto verificado contenga los matices que el lector necesita conocer».
Otro desafío al que deben enfrentarse los fact-checkers en lo tocante a la información errónea es cuánto contexto hay que proporcionar al lector. Algunos fact-checkers comienzan por la declaración falsa y la desmienten sin añadir mucho más contexto. Los rumores, bulos o noticias falsas siempre se difunden en un contexto determinado. Por ejemplo, debido a la COVID-19, se ha propagado gran cantidad de información errónea porque el público carece de conocimientos sobre la enfermedad. Durante las recientes manifestaciones a favor de la restauración de la monarquía en Nepal, se publicó una fotografía de un año de antigüedad como si fuera actual. Es importante averiguar quién difunde noticias falsas y estudiar su comportamiento.
Los propagadores de información errónea y los desinformadores se han vuelto sofisticados y están bien organizados. En muchos países son capaces de manipular la opinión pública, mientras en otros, actores extranjeros han utilizado esas herramientas para difundir propaganda con malas intenciones. A menudo se adaptan a las nuevas herramientas y tecnología con más rapidez que los fact-checkers.
«La información errónea es un asunto social complejo que requiere una solución multilateral. Es injusto pretender que los fact-checkers se enfrenten solos a todos los desafíos», según Patel. «Necesitamos abordar el problema desde un enfoque tanto periodístico como educativo. Hacen falta campañas de educación mediática capaces de concienciar y educar al gran público acerca del problema. Y además necesitamos mejores recursos tecnológicos para que el fact-checking llegue a más lectores».
Una de las soluciones con las que Alt News se enfrenta a este desafío tecnológico ha sido el diseño de una aplicación que ofrece un fact-checking inmediato de imágenes o vídeos ya verificados. «Diseñamos esta aplicación como respuesta al reciclado del mismo dato visual en diferentes afirmaciones», explica Patel.
Consejo:
A los fact-checkers se les suele acusar de amplificar la información errónea en el proceso de desmentirla. Para evitarlo, deben examinar atentamente la reacción a una determinada noticia (los seguidores, los likes, favs y comentarios) antes de lanzarse a verificarla. Según Patel, Alt News se anda con pies de plomo a la hora de destacar o escribir sobre informaciones erróneas procedentes de usuarios de redes sociales individuales. «Evitamos amplificar la información errónea usando capturas de pantalla y señalando con la mayor claridad posible la falsedad del contenido viral, y solo respondemos a la información errónea cuando es viral, peligrosa o incita a la violencia».
El fact-checking, es una herramienta bastante potente de por sí, y puede utilizarse como arma para vengarse de los enemigos. Debe limitarse a verificar datos o afirmaciones y no debe aventurarse en el terreno de las opiniones o propósitos de nadie. En palabras del antiguo senador estadounidense Daniel Patrick Moynihan:
«Todo el mundo tiene derecho a formarse una opinión propia, pero no unos datos propios».
La información errónea prospera en ambientes donde falta información fiable y veraz. Los fact-checkers deben colaborar con la gente y las instituciones que controlan los datos, como el gobierno, los expertos en estadística y las organizaciones de investigación.
Uno de los mayores desafíos es la falta de acceso a bases de datos que respalden un fact-checking, pero la falta de habilidades para verificar y desmentir contenido viral no lo es menos. Esta es la aportación de este Kit.
Las fuentes de información creíbles son fundamentales
A menudo los gobiernos tienen en su poder cantidades enormes de información, pero no están dispuestos a conceder acceso público a ellas. Gracias a mi experiencia como fact-checker de noticias virales falsas durante la pandemia de COVID-19, puedo ofrecer la siguiente advertencia: hay que tener mucho cuidado al llevar a cabo fact-checkings sobre una enfermedad como la COVID-19, cuyos conocimientos científicos están aún en evolución y no existen respuestas definitivas. Si hay ambigüedad, digámoslo con toda claridad. Como fact-checkers e investigadores tenemos el deber de ser sinceros y transparentes y de decir hasta dónde llegan nuestros conocimientos.
Publicado el 10 de junio de 2021 / Actualizado en enero de 2023.
Recursos
Artículos y Guías
A Field Guide to «Fake News» and Other Information Disorders (Guía de campo de bulos y otros trastornos informativos). De Public Data Lab y First Draft.
Fact-Checking & Verification Resources (Fact-checking y recursos de verificación). Recopilado por la Global Investigative Journalism Network (GIJN) (Red Global de Periodismo de Investigación).
Fake news was a thing long before Donald Trump — just ask the ancient Greeks (Los bulos ya existían antes de Donald Trump, y si no, pregúntenle a los griegos). De Peter S. Field / The Conversation.
First Draft News - Training Library (First Draft News: biblioteca práctica). Biblioteca gratuita de contenido práctico que incluye cursos online, herramientas y otros recursos para ayudar al público y a los investigadores a gestionar la información errónea. Del equipo de First Draft.
How to fact-check viral post shared via WhatsApp (Cómo realizar fact-checkings en mensajes virales de WhatsApp). De FactCheckHub/Niyi Oyedeji.
How to fact-check coronavirus misinformation on social media (Cómo realizar fact-checkings de información errónea sobre el coronavirus en las redes sociales). De Daniel Funke y PolitiFact, 26 de mayo de 2020.
Learn to spot misinformation and stop it in its tracks.(Aprender a identificar la información errónea y a pararla en seco). De Data Detox Kit, Tactical Tech.
Verification Handbook 1: A Definitive Guide To Verifying Digital Content For Emergency Coverage (Manual de verificación 1: guía definitiva para la verificación de contenido digital en noticias de emergencia). Craig Silverman, ed.
Verification Handbook 2: A Guide To Online Search And Research Techniques For Using UGC And Open Source Information In Investigations. (Manual de verificación 2: guía para búsquedas online y técnicas de investigación con UGC e información de código abierto). Craig Silverman, ed.
Verification Handbook 3: For Disinformation And Media Manipulation (Manual de verificación 3: desinformación y manipulación de medios de comunicación). Craig Silverman, ed.
The Full Fact Toolkit: Simple practical tools anyone can use to identify bad information. (Full Fact Toolkit*: herramientas prácticas, sencillas y al alcance de cualquiera para la identificación de información falsa*). Del equipo de fact-checking de FullFact.
The presence of unexpected biases in online fact-checking. (La aparición de sesgos inesperados en el fact-checking online). Artículo académico revisado por pares de S Park, J Y Park, J-H Kang, M. Cha. Misinformation Review, Harvard Kennedy School, 27 de enero de 2021.
7 steps to better fact-checking (Mejorar el fact-checking en 7 pasos). De Angie Drobnic Holan, PolitiFact, 20 de agosto de 2014.
Proyectos, herramientas y bases de datos
Amnesty International”s Citizen Evidence Lab (Laboratorio de pruebas para el ciudadano de Amnistía Internacional). Espacio online para compartir prácticas, nuevas técnicas y herramientas para llevar a cabo investigaciones y luchar contra la información errónea, la desinformación y contribuir a la información adecuada del público.
Duke Reporter”s Lab - Worldwide Fact-checkers Map (Duke reporter”s Lab: mapa mundial de fact-checkers) y su sección de fact-checking de noticias globales
Hoaxy. Proyecto del Observatory on Social Media (OSoMe) (Observatorio de las Redes Sociales OSoMe) de la Universidad de Indiana dedicado a la visualización de la difusión de la información en Twitter.
InVID. Plataforma que proporciona herramientas y complementos para detectar, legitimar y verificar la fiabilidad y precisión de archivos de archivos de vídeo relevantes y contenido audiovisual difundido por las redes sociales. Consultar también WeVerify, la extensión actualizada de InVID para vídeos.
Verification Junkie. Herramientas para la verificación, fact-checking y evaluación de la validez de los informes de testigos y el contenido generado por los usuarios online. Admin. Josh Stearns.
Glosario
term-afirmación-falsa
Afirmación falsa - Afirmación no basada en datos o hechos que puede desmentirse.
term-agente-de-información-errónea
Agente de información errónea - Persona que difunde falsedades sin intención de perjudicar a nadie.
term-agente-desinformador
Agente desinformador - Persona que propaga información falsa con la intención de perjudicar y engañar al público.
term-bulo
Bulo - Dato cuyo propósito es engañar al público.
term-teoría-conspiranoica
Teoría conspiranoica - Teoría, argumento, información o interpretación de un suceso carente de pruebas sólidas, que ciertas personas creen verosímil por muy difícil de demostrar que sea.
term-desinformación
Desinformación (Disinformation en inglés) - Falsificación y difusión de información falsa con la intención de perjudicar a otros.
term-desmantir
Desmentir/desmontar - Echar por tierra mitos populares por medio de la verificación de datos.
term-encriptación
Encriptación - Método matemático de codificar un mensaje o información de forma que tan solo pueda desencriptarlo quien posea la contraseña adecuada o la clave del código (Fuente: Security-in-a-Box).
term-encriptación-de-extremo-a-extremo
Encriptación de extremo a extremo - Término que alude al nivel de encriptación de las aplicaciones de mensajería instantánea. Quiere decir que los datos quedan encriptados antes de enviarlos al receptor y nadie excepto el receptor, ni siquiera el proveedor del servicio, puede desemcriptarlos.
term-fact-cecking
Fact-checking - Verificación de un fragmento de información, declaración o afirmación con el fin de establecer su precisión o veracidad.
term-información-errónea
Información errónea (misinformation en inglés) - Información, fotografía, vídeo o meme falso que se difunde sin intención de perjudicar a nadie.
term-información-maliciosa
Información maliciosa (malinformation en inglés) - First Draft la define como «publicación deliberada de información privada con fines personales o empresariales no informativos, por ejemplo, el porno de venganza». También se refiere a «cambios deliberados de contexto, fecha u hora del contenido genuino».
term-noticia-falsa
Noticia Falsa (Fake news en inglés) - Información diseñada con el fin de engañar al público para beneficio de ciertos grupos o individuos.
term-trol
Trol - En argot de internet, persona que publica mensajes ofensivos o molesta a los demás a propósito por internet (fuente: Wikipedia).