Entrevistas: El Elemento Humano de una Investigación

Por Nuria Tesón, Ankita Anand, Jess Lempit, Megha Rajagopalan

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SÍNTESIS: En este artículo aprenderemos las técnicas, habilidades y hábitos necesarios para identificar, entrevistar y mantener el contacto con personas de forma segura durante una investigación con el fin de recopilar y dar solvencia a las pruebas de la investigación.

La mayoría de las veces, una investigación necesita fundamentos más sólidos que los que proporcionan la investigación remota y el estudio de campo. A menudo las fuentes humanas son indispensables y enfrentarnos con las reacciones subjetivas que los incidentes suscitan o mantener conversaciones de expertos es inevitable. En este artículo encontraremos consejos para abordar temas difíciles, técnicas para protegernos a nosotros mismos y a los entrevistados y métodos para establecer contactos con personas que puedan sernos útiles en investigaciones futuras.


«Fuentes» y «sujetos de la entrevista»

Es importante distinguir entre «fuentes» y «sujetos de la entrevista» o «entrevistados». Los entrevistados son aquellas personas con las que nos reunimos durante una investigación, y con las que podemos o no volver a encontrarnos. Las fuentes son aquellas personas con las que desarrollamos una relación con el fin de crear y mantener una red de contactos para el trabajo en curso y otras investigaciones futuras. Quizá algunos de nuestros entrevistados se conviertan en fuentes, por lo que será necesario establecer con ellos una dinámica distinta a la que tendríamos con alguien a quien vamos a entrevistar solo una vez.

Reducir el riesgo de una entrevista

Las interacciones humanas se basan en el sentido común. Sin embargo, en el ámbito específico de la entrevista hay que tener en cuenta que tratamos con personas, y las personas suelen ser imprevisibles por naturaleza, por lo que prepararse es fundamental.

En principio el proceso parece bastante intuitivo: comenzamos determinando qué fuentes pueden sernos útiles y buscamos su información de contacto; a continuación, establecemos contacto, concertamos una reunión, preparamos una serie de preguntas, llevamos a cabo la reunión, formulamos las preguntas y grabamos o tomamos nota de las respuestas.

En realidad, una entrevista es un proceso mucho más largo que una simple conversación o una serie de diálogos y cuestionarios dirigidos a recopilar información. Exige investigar los antecedentes de las personas, crear perfiles, establecer la confianza, anticipar los riesgos, adoptar medidas de seguridad, etc. Algunas veces tendremos que reunirnos con los entrevistados en varias ocasiones, otras veces, sin embargo, nos encontraremos con sujetos que se niegan a cualquier clase de encuentro.

Tenemos que ser creativos, flexibles, decididos y respetuosos con los entrevistados y nuestras fuentes, pero también prudentes. Nuestra seguridad y la de nuestras fuentes humanas deben estar siempre por encima de cualquier otra consideración.


¡La seguridad es lo primero! - Evaluación de riesgos

Siempre que nos planteemos ponernos en contacto con alguien, debemos onsiderar los riesgos que entraña esa interacción en concreto, no solo para nosotros sino también para la fuente o el sujeto o de la entrevista.

Debemos ser prudentes con el orden en el que recopilamos la información, las personas con las que la compartimos, cuándo y dónde nos reunimos con ellas y dónde y cómo almacenamos la información obtenida en las entrevistas.

No revelaremos información confidencial o delicada sobre la investigación y las fuentes, ya que, según el contexto y el tema de la investigación, hacerlo puede ponernos en peligro tanto a nosotros como a nuestros colaboradores. Tendremos en cuenta las implicaciones legales y haremos caso a la intuición: si algo nos resulta extraño, lo más seguro es que lo sea.

El riesgo se hereda. Aunque nosotros corramos muy pocos riesgos, o incluso ninguno (pues puede que vivamos y trabajemos en una zona segura), al entrevistar a una persona que corre riesgos (es decir, vive en una zona conflictiva, está bajo presión o trabaja con temas controvertidos), heredaremos su riesgo. El nivel de riesgo siempre es más alto antes y después de la entrevista. Si entrevistamos a alguien para un reportaje o un artículo que va a salir publicado, debemos ser onscientes de que el nivel de riesgo aumentará cuando el texto salga a la calle. Cuando investiguemos a personas poderosas e influyentes, debemos prepararnos para un periodo prolongado de mayor nivel de riesgo, sobre todo si se dan cuenta de que los estamos investigando.

Aunque no nos consideremos personas con un alto nivel de riesgo, relacionarse con personas que corren peligro, exponerse a situaciones de alto riesgo o tratar temas controvertidos implican que necesitamos prepararnos para un aumento del nivel de riesgo y para enfrentarnos a peligros desconocidos. Para ello, a medida que avanza la investigación revisaremos y reelaboraremos una y otra vez la evaluación de riesgos y el plan de seguridad. No se trata de una tarea puntual, sino de un hábito que debemos integrar en el trabajo cotidiano.

Género

Nos enfrentaremos a situaciones en las que la percepción de nuestro género influirá en el trabajo y determinará si los entrevistados acceden a hablar con nosotros y el modo en que lo hacen. Para evitar incidentes desagradables es necesario ser conscientes de ello y dejar los límites claros desde el principio. A veces, puede ser útil fingir que tenemos pareja, aunque no sea cierto, o llevar una alianza. En muchos contextos la gente respeta más a las personas casadas. Estudiaremos la geografía, la cultura, las creencias y las normas sociales de los lugares, comunidades y personas que visitemos o con las que tengamos planeado hablar. Así estaremos preparados para las distintas maneras en las que se aborda el género en los diferentes contextos.

Antes de la entrevista: Preparación

El primer paso es encontrar posibles fuentes humanas de información y sujetos a los que entrevistar. Para ello hace falta investigación, práctica y compromiso. Dependiendo de si la investigación empieza desde cero, si el objetivo es ponerle rostro a una historia o si lo que queremos es reunir testimonios, lo más probable es que para cumplir con los requisitos de la investigación tengamos que encontrar y entrevistar a diferentes personas. Empezar puede ser tan fácil como seguir la pista de ONG, grupos que trabajen en los temas que nos interesan, activistas, personal del Gobierno u organizaciones internacionales.

Identificar posibles sujetos de la entrevista

Existen diferentes formas de identificar posibles fuentes y sujetos:

  • Observar su actividad en las redes sociales. Intentaremos organizarnos y crear listas temáticas en función del tema de la investigación. Para los usuarios de Twitter, Bellingcat tiene una guía útil sobre cómo usar Tweetdeck en una investigación. Elaboraremos una lista de personas que trabajen en organizaciones o ámbitos similares a nuestro tema de interés, como activistas, miembros de la sociedad civil o empresas. Identificaremos a los perfiles más activos, intentaremos definir su posible sesgo y averiguaremos si están dispuestos a reunirse con un investigador. Según el tema que estemos investigando, es mejor evitar seguirlos o darles «me gusta» en las redes sociales si el hecho de que se nos relacione con temas o personas concretas puede suponernos un problema.

  • Suscribirse a boletines informativos (newsletters). La mayoría de las organizaciones publican boletines informativos en los que aparecen o escriben personas que pueden convertirse en fuentes o entrevistados.

  • Asistir a ruedas de prensa. Una rueda de prensa es una buena ocasión para establecer contacto con personas con las que resulta complicado hablar. Es también una buena manera de ponerse en contacto con los asistentes o con personas de rango inferior que quizá estén más dispuestos a hablar, sobre todo si la fuente potencial es un cargo público.

  • Mantenerse al tanto y asistir a reuniones abiertas, conferencias, charlas públicas, convenciones, etc. Crear redes de contactos no siempre es la mejor solución, sobre todo si trabajamos con temas delicados. Sin embargo, a estos eventos suelen asistir ponentes o participantes a los que, de otro modo, sería difícil o incluso imposible acceder. Recopilaremos tarjetas de visita y repartiremos la nuestra si el entorno parece seguro.

  • Seguir blogs y páginas web de activistas o de la población local. Quizá algunos no tengan muchas visitas, pero es posible que contengan mucha documentación y nos ayuden a llegar a alguien que se convierta en una fuente, nos den pistas para la investigación o nos pongan en contacto con la persona adecuada.

  • Visitar páginas web oficiales. Son útiles para tratar de hablar con cargos públicos, averiguar qué ministerios o departamentos están a cargo de nuestra área de interés y después solicitar entrevistas con las personas correspondientes.

  • Encontrar grupos cerrados de especialistas y apoyo. A veces los trabajadores de las ONG, los periodistas y los activistas intercambian información y consejos en grupos cerrados (o secretos). A medida que establezcamos más contactos, podemos preguntar a alguien de confianza por alguno de estos grupos si la investigación se centra en un país o tema concreto. Lo más seguro es que lleven a cabo una revisión de nuestros antecedentes. A los periodistas y activistas no les gusta conceder acceso a sus redes a desconocidos.


Nota:

Cuando investiguemos mediante recursos en línea o archivos públicos, siempre debemos archivar cualquier contenido relevante, guardar las capturas de pantalla y conservar copias de los archivos por si el dueño del contenido lo retira. Es mucho mejor tomar estas medidas preventivas antes de que las cosas se tuerzan. En la sección de este kit Retrieving and Archiving Information From Websites (Recuperación y archivo de información de sitios web) aprenderemos a utilizar herramientas para almacenar y recuperar contenidos de Internet como la Wayback Machine de Internet Archive, así como otros métodos y consejos de seguridad eficaces.

Estas prácticas nos permiten acceder a los datos de contacto e dentificar a personas que pueden ser importantes fuentes de información. Sin embargo, también hay que estar atentos a las fuentes menos obvias, aquellas que pude que parezcan tener un conocimiento profundo o experiencia en el tema en cuestión. Estas personas nos proporcionarán información valiosa si les dedicamos el tiempo necesario y entendemos su trabajo. También pueden granjearnos la confianza de otros posibles sujetos de entrevista.


¡La seguridad es lo primero! Principios básicos de seguridad digital antes de comenzar

1. Investigación

Para protegernos a nosotros mismos, a los sujetos de la entrevista y la investigación al completo hay que tomar unas cuantas medidas básicas pero esenciales para mantener la privacidad y la seguridad:

  • Evitar dejar huellas digitales utilizando buscadores o motores de búsqueda que respeten la privacidad como DuckDuckGo, Firefox u otras opciones que podemos encontrar en el Centro de Aplicaciones Alternativas de Tactical Tech (disponible en español aquí.)

  • Instalar y utilizar el buscador Tor para búsquedas y comunicaciones privadas e indetectables donde sea posible. En la página web Security-in-a-Box de Tactical Tech encontraremos guías para aprender a usar el buscador Tor en Linux, Mac, Windows y otros sistemas operativos.

  • Utilizar una Red Virtual Privada (VPN en sus siglas en inglés) tanto en el ordenador portátil como en el teléfono móvil para proteger la privacidad de la investigación. Las VPN ocultan nuestra dirección IP, que las páginas web pueden utilizar para averiguar nuestra procedencia. Al utilizar una VPN, las páginas web que visitemos verán la IP del proveedor de la VPN en lugar de la nuestra. Hay muchas opciones de VPN con comentarios y reseñas de expertos y usuarios. Safety Detectives es una buena página de reseñas donde informarse antes de elegir un servicio de VPN. Optaremos siempre por una compañía de VPN que afirme que no almacena nuestros registros de tráfico. En general lo mejor es evitar las VPN gratuitas porque suelen financiarse mediante la venta de datos de registro de los sitios que visitan los usuarios. No obstante, hay algunas como como Bitmask, Riseup VPN, PsIPhon o Lantern que tienen buena reputación y son recomendables.

  • Crear contraseñas difíciles en el ordenador y el móvil y cambiarlas de vez en cuando. Para más información podemos consultar la extensa guía de creación y mantenimiento de contraseñas de Security-in-a-Box.

  • Cifrar la información delicada que se almacene en el ordenador, teléfono, dispositivo de almacenamiento externo (discos duros, unidades USB, etc.) o en la nube. Los principales sistemas operativos (Linux, Mac, Windows) ofrecen una forma de activar el cifrado completo del disco, que protegerá todos los datos del dispositivo cuando esté apagado. Además, es recomendable utilizar VeraCrypt, una herramienta de cifrado gratuita y de código abierto que funciona en ordenadores Mac, Windows y Linux. Por lo común VeraCrypt se utiliza para cifrar una carpeta específica de datos, no todo el ordenador, pero puede ser la única opción si trabajamos en varios sistemas operativos. En Security-in-a-Box encontraremos más información sobre cómo usar VeraCrypt en Mac, Windows o Linux.

  • No dejar los dispositivos sin vigilancia y bloquearlos con una contraseña cuando no los estemos usando.

  • Mantenerse al día en todo lo relacionado con los controles de seguridad digitales y físicos que las autoridades pueden realizar en las zonas por las que viajamos y trabajamos, e informarse de antemano sobre los derechos al cruzar las fronteras, sobre todo en los aeropuertos. Esta guía de registros en las fronteras de la Electronic Frontier Foundation (Fundación de la Frontera Electrónica) contiene información útil sobre riesgos y derechos.

2. Comunicaciones

Mantener la privacidad de las comunicaciones es fundamental en una investigación. Igual que sucede con la investigación online y el cifrado de los dispositivos, en lo que respecta a las comunicaciones es necesario tener en cuenta unas cuantas prácticas de higiene básicas.

  • Utilizar correo electrónico cifrado (PGP en sus siglas en inglés) para comunicarse con las fuentes y los entrevistados siempre que sea posible.

  • Para las llamadas telefónicas y la mensajería instantánea, existen diferentes aplicaciones con mayores niveles de cifrado y privacidad, como Signal o Wire que son preferibles a WhatsApp, aunque esta es la más común y es habitual encontrarse con personas con las que es difícil ponerse en contacto por medio de aplicaciones más seguras. Podemos visitar la Secure Communication guide (parcialmente disponible en español aquí: Guía de comunicación segura) de Security in a Box de Tactical Tech, donde encontraremos toda clase de consejos, herramientas y métodos para mantener la comunicación digital lo más privada posible.

  • Proporcionar el mínimo de información e intentar establecer de antemano qué datos son menos arriesgados de comunicar y cómo es menos peligroso hacerlo si en algún momento no queda más remedio que recurrir a las formas convencionales de comunicación como las llamadas telefónicas no codificadas, los teléfonos fijos, etc. En estos casos debemos convencer al interlocutor de que recibirá más datos en una reunión en persona. Es fundamental tener cuidado con lo que decimos y con la información que revelamos para no comprometer la investigación, sobre todo si hay sospechas de que nos puedan estar vigilando, a nosotros o a la persona con la que hablamos. Los recursos de la Electronic Frontier Foundation (Fundación de la Frontera Electrónica) sobre Vigilancia y autodefensa ofrecen consejos, herramientas y métodos para estar alerta y afrontar los riesgos en posibles situaciones de vigilancia.

  • Otra opción es utilizar los métodos de cifrado mencionados para ponernos en contacto con una persona cercana a la fuente que pueda organizar una reunión.

  • Utilizar un teléfono desechable que podamos usar en una o pocas ocasiones, que no esté vinculado a nosotros y que podamos deshacernos de él con facilidad si en algún momento creemos que nos han intervenido el teléfono.

Tipos de fuentes y entrevistados

Encontrar personas adecuadas con las que hablar no es siempre fácil. Con frecuencia, a medida que evoluciona la investigación, tendremos que avanzar y retroceder, y es posible que cambiemos de opinión sobre a quién queremos entrevistar. Es importante tener claro los diferentes tipos de fuentes que existen. Los siguientes factores pueden determinar nuestra relación con ellas:

  • Su papel en la investigación: ¿Es la fuente una víctima del incidente o suceso que estamos investigando? ¿Es su autor, perpetrador o responsable?

  • Su postura con respecto a la investigación: ¿Está la fuente dispuesta a colaborar? ¿Puede interferir en la investigación?

  • Qué queremos obtener de la interacción con la fuente: ¿Nos ayudará a recopilar pruebas o información general? ¿Nos aclarará la información? ¿Nos proporcionará pruebas?

En la mayoría de las ocasiones habrá que combinar diversas estrategias, y en algunas lograremos nuestros fines con más facilidad.

Examinemos ahora los tipos de fuentes con más detalle.

Por su papel en la investigación:

Fuentes primarias

Son las que nos proporcionan pruebas o testimonios directos sobre el asunto que estamos investigando:

  • Víctimas.

  • Testigos.

  • Perpetradores o responsables.

  • Funcionario y cargos públicos.

  • Denunciantes / filtradores (whistleblowers).

Fuentes secundarias

No nos proporcionan pruebas o testimonios directos, pero pueden ser útiles en cualquier etapa de la investigación:

  • Testigos: aunque por lo general la información que proporcionan los testigos es valiosa y se les suele considerar fuentes primarias, también debemos ser conscientes de que su testimonio puede ser inexacto o incoherente. Por lo tanto, a veces tendremos que considerarlos fuentes secundarias.

  • Chivatazos: la información procedente de un chivatazo a veces resulta muy fiable y a veces muy poco, por lo que será necesario contrastarla con otras fuentes.

  • Periodistas: las investigaciones y reportajes periodísticos a los que podamos acceder suelen ser un recurso muy útil durante el proceso de documentación.

  • Colegas investigadores: activistas, periodistas de investigación, investigadores ciudadanos u ONG que investiguen y recopilen informes.

Por su postura en lo tocante a la investigación:

Fuentes vulnerables

Estas fuentes son personas que han sufrido diversos tipos de trauma o pertenecen a comunidades desfavorecidas o amenazadas:

  • Supervivientes de cualquier tipo de trauma.

  • Supervivientes de violencia sexual.

  • Menores.

  • Comunidades amenazadas.

  • Personas pertenecientes a grupos marginados, vigilados o perseguidos.

Fuentes conflictivas

Los entrevistados no siempre serán hospitalarios. Debemos tener especial cuidado al relacionarnos con fuentes conflictivas, es decir, fuentes que no simpatizan con la investigación, ya que pueden volverse agresivas o mostrarse muy vacilantes. Las fuentes conflictivas se clasifican en:

  • Fuentes hostiles y agresivas.

  • Perpetradores.

  • Autoridades policiales.

Siempre que sea posible, entrevistaremos a estas fuentes al final de la investigación. Más adelante estudiaremos en detalle cómo relacionarnos con ellas.

Por el tipo de información que pueden proporcionarnos

Según la investigación y la información de la que dispongamos hasta el momento, las fuentes pueden proporcionarnos:

Información general: detalles sobre el tema de la investigación, nuevas pistas y contactos de personas relevantes. Las fuentes que disponen de este tipo de información también pueden ponernos en contacto con posibles entrevistados o proporcionarnos pistas para nuevas investigaciones:

  • Académicos.

  • Científicos.

  • Personas que trabajan en ONG.

  • Abogados.

  • Otros expertos y personas relacionadas con el tema de la investigación.

Conocimiento o interpretación de la información: es posible que hayamos recopilado información de otras fuentes o entrevistados, pero que no sepamos ponerla en contexto o interpretarla. En estos casos puede ser útil recurrir a:

  • Expertos.

  • Científicos.

  • Académicos.

Pruebas directas: el núcleo de la investigación puede depender de una entrevista con alguien que disponga de información o pruebas de primera mano:

  • Testigos.

  • Agentes de las fuerzas de seguridad.

  • Activistas.

  • Personal del gobierno, policía, etc.

Hay que tener en cuenta que los entrevistados que aportan pruebas directas no siempre son imparciales (de forma voluntaria o involuntaria) y que quizá corran peligro debido a que el tema o el incidente que se está investigando les toca de cerca.

Buscar fuentes e identificar sujetos a los que entrevistar

Antes de decidir a quién entrevistar y por qué, es esencial realizar una investigación exhaustiva. Es posible que descartemos a ciertos sujetos, sin embargo, tener los objetivos bien claros nos ayudará a encontrar otras personas a las que entrevistar. He aquí algunas pautas básicas de planificación.

Priorizar y organizar las entrevistas

Siempre que sea posible, comenzaremos por las entrevistas que proporcionen más información general sobre la investigación o sobre otros posibles entrevistados. Una vez comprendamos el tema o la situación, llevaremos a cabo aquellas entrevistas que se centren en las pruebas. Un dato no es una prueba hasta haberlo verificado varias veces, así que nunca daremos por sentado que la información que obtengamos en una entrevista es fiable al cien por cien.

Intentaremos pasar de las entrevistas más fáciles a las más difíciles para estar mejor preparados para abordar temas conflictivos al final, cuando dominemos mejor el tema.

Diversificar: obtener múltiples perspectivas

Toda investigación tiene varios niveles: cuanto mayor sea la diversidad de fuentes, más sólidas serán las pruebas y más fácil será evitar los sesgos. Incluiremos fuentes primarias y secundarias e intentaremos entrevistar a personas de diferentes edades, géneros, castas, clases o creencias. Evitaremos hablar exclusivamente con el líder o principal representante de un grupo y escucharemos las opiniones y experiencias de otros miembros.

Llevar a cabo una evaluación de riesgos

Al elegir fuentes humanas, es importante sopesar los riesgos y los beneficios, sobre todo si tratamos con personas cercanas al tema de la investigación. A veces hay que planificar con sumo cuidado el orden de las entrevistas para evitar interferencias, intereses contrapuestos o sesgos. Consideraremos también el riesgo que pueda entrañar la interacción para nosotros, para la investigación y para las fuentes y entrevistados. Dedicaremos el tiempo necesario a evaluar los riesgos de comunicarnos con una posible fuente. Algunas preguntas que podemos hacernos son:

  • ¿Ha hecho el sujeto declaraciones públicas sobre el tema alguna vez?

  • ¿Al sujeto le preocupa estar bajo vigilancia?

  • ¿Qué clase de información necesitamos extraer de esta fuente?

  • ¿Domina el sujeto las nuevas tecnologías?

  • ¿Se trata de una fuente vulnerable? ¿Está asustada?

Toma de contacto

En ocasiones nos pondremos en contacto con el entrevistado de inmediato, y otras tendremos que recurrir a personas cercanas que sirvan de intermediarias. Los activistas, las organizaciones, los abogados o los periodistas pueden ponernos en contacto con fuentes primarias o vulnerables con las que ya hayan hablado. En cualquier interacción con fuentes humanas, seguiremos los protocolos de comunicación segura.


Nota:

Cómo nuestra función, posición o antecedentes pueden afectar a las fuentes y a los entrevistados

Relaciones de poder

La dinámica de poder entre un investigador y un entrevistado es compleja. Es importante tener en cuenta la situación de la persona a la que entrevistamos. Antes de realizar una entrevista debemos pensar bien cuál es nuestro papel, cuál es nuestra responsabilidad y dónde marcamos el límite. Habrá quien se sienta intimidado o tenga miedo de hablar con nosotros. Habrá quien intente intimidarnos, convencernos, disuadirnos, o ganarse nuestro favor. Por eso es importante mantener un equilibrio entre lo que queremos conseguir y la forma en que lo conseguimos.

  • Dirigirse a las personas desde una posición de poder

Grabar las respuestas de otra persona en una entrevista y analizar la información que nos proporciona nos suele colocar en una posición de poder. Quizá el entrevistado nos vea como una oportunidad. Tal vez espere obtener algo de la entrevista, ya sea una compensación acordada de antemano o algo menos concreto. Antes de empezar a trabajar en la entrevista, redactaremos una serie de normas personales de comportamiento y nos aseguraremos de considerar los aspectos éticos, el sentido común, cuándo es el momento de escuchar, cuándo el de parar y cuándo el de insistir en que se respeten ciertos límites. En las entrevistas a personas vulnerables (niños, supervivientes de traumas, miembros de comunidades marginadas, etc.) tomaremos precauciones tanto para nosotros como para ellas.

Siempre habrá quien se niegue a que le entrevisten. Respetaremos siempre su decisión. No utilizaremos nuestra posición de poder para obligar a nadie a hablar con nosotros. Si se trata de fuentes vulnerables, es muy posible que no quieran revivir las experiencias traumáticas o que teman las consecuencias de compartirlas con nosotros. Si se niegan, lo primero que hay que hacer es comunicarles que respetamos su decisión. Más adelante intentaremos recurrir a una persona de confianza que actúe de intermediaria. Si aun así persisten en su deseo de no hablar con nosotros, les ofreceremos la posibilidad de hacerlo más adelante cuando se vean capaces. Les proporcionaremos nuestros datos de contacto si consideramos que no hay riesgo alguno en ello.

Por lo general la gente suele desconfiar, sentirse molesta o perder el interés por los investigadores que practican el «paracaidismo» (también llamado «periodismo paracaidista» o «turismo periodístico», de la voz inglesa parachuting) o dan una impresión de superioridad. Nunca acudiremos a una entrevista con la sensación de tener derecho a que todos los presentes trabajen según nuestros objetivos y plazos. La primera impresión siempre es importante. Si las personas se sienten seguras o si ya hemos entrevistado a más gente, siempre cabe la posibilidad de que cambien de idea y hablen con nosotros. Debemos tener paciencia, pero también estar dispuestos a dejar pasar pistas y entrevistas si no son factibles.

  • Dirigirse a personas en posiciones de poder

Es posible que el objetivo de una entrevista sea demostrar o refutar una idea concreta. Esto otorga al entrevistado, lo sepa o no, un grado de poder sobre nosotros. Es necesario prestar atención a los riesgos de hacer concesiones y no permitir que el entrevistado controle lo que le preguntamos. Cuando estemos cara a cara con la persona, quizá veamos una oportunidad para avanzar en la investigación, pero hay que tener en cuenta que la entrevista puede parecernos más importante ahora que más adelante. No hay manera de predecir qué pruebas harán progresar la investigación.

También es posible que tengamos que hablar con fuentes que ocupan posiciones de autoridad o gozan de privilegios (riqueza, influencia, clase social, etc.), o incluso que tengamos que entrevistar a quien, según sospechamos, es autor del evento que estamos investigando, o está involucrado en actividades ilegales como sobornos, evasión de impuestos, tráfico de personas, etc. Es muy posible que estos sujetos intenten manipularnos, que traten de ponernos de su parte, que nos ofrezcan favores o que utilicen su poder para amedrentarnos con tal de que no continuemos con la investigación. No estamos obligados a aceptar favores de nadie solo porque hayan accedido a hablar con nosotros. Es importante considerar los riesgos de antemano para evitar ponernos en peligro a nosotros mismos y a nuestras fuentes.

Si nos resulta difícil ponernos en contacto o fijar reuniones con este tipo de personas (por ejemplo, ejecutivos de empresas o altos cargos públicos), intentaremos hablar con personas de rangos inferiores o medios. También podemos pedir consejo sobre cómo tratar con determinadas fuentes a personas que estén acostumbradas a relacionarse con ellas, como compañeros de investigación o periodistas experimentados.

Consideraciones de género

Dependiendo del contexto ser mujer puede ser una ventaja o una desventaja. A veces la presencia de una entrevistadora contribuye a que otras mujeres se sientan seguras, se sientan identificadas con ellas o les cuenten sus experiencias con más detalle, sobre todo si son supervivientes de traumas o violencia sexual. A veces, por desgracia, sucede al revés.

El riesgo tiene una relación directa con la identidad. Los datos indican que las personas que se identifican como mujeres se enfrentan a riesgos específicos. Es fundamental tenerlos en cuenta, pero también saber aprovechar las oportunidades que brindan, como la capacidad de ir a ciertos lugares y hablar con ciertas personas a las que otros no tienen el mismo acceso. Antes de planificar una entrevista es necesario examinar los puntos de vista culturales, personales, emocionales, psicológicos y políticos del entrevistado hacia las mujeres.

Comunicaciones seguras

Los medios de comunicación convencionales, como los teléfonos fijos o móviles, no son seguros para ponerse en contacto por primera vez con un posible entrevistado. Siempre que sea posible, intentaremos utilizar servicios cifrados.

Presentarnos y a exponer nuestras intenciones

Presentarnos, exponer nuestras intenciones y explicar el propósito de la investigación es el primer paso para transmitir confianza a las fuentes y a los entrevistados. No es ético mentir de manera intencionada y es muy probable que, si lo hacemos, los entrevistados y fuentes se sientan traicionados o engañados.

La falta de transparencia da lugar a malentendidos que pueden molestar a la fuente o incluso ponerla en peligro. Nos tomaremos el tiempo necesario para explicar nuestro trabajo desde el principio. Si dirigimos un proyecto público, una página web o tenemos otros trabajos que puedan compartirse, se lo mostraremos a las fuentes o entrevistados para demostrar nuestra legitimidad. Evitaremos los términos solemnes o pesados; la palabra «investigador» es suficiente, pero lo importante es no ocultar nunca el propósito de nuestro trabajo.

Dependiendo de los temas o las personas que estemos investigando, seremos prudentes con los datos de la investigación que revelamos, sobre todo si hacerlo puede poner en riesgo nuestra seguridad o la de nuestras fuentes. Si lo vemos necesario, les contaremos tan solo lo imprescindible, pero en todo caso debemos ser tan sinceros con ellos como desearíamos que ellos lo fueran con nosotros.

Entrevistas: organización y logística

Concretar la hora y el lugar de la cita

Lo ideal es ponerse en contacto con los sujetos con bastante antelación a los plazos previstos. Trataremos de concertar las citas en las fechas que les convengan para evitar presionarles y arriesgarnos a perder conversaciones valiosas. Programaremos las entrevistas de manera que cada una se base en la anterior. Siempre que sea posible, dejaremos pasar un tiempo entre entrevistas para revisar y reevaluar los resultados.

A veces, el lugar de encuentro es tan importante como la propia entrevista. Los lugares públicos no siempre son la mejor opción. Hay que tener en cuenta que el lugar donde nos reunamos puede proporcionarnos tanta información sobre la persona o la investigación como la propia entrevista. Un lugar puede despertar recuerdos o animar a un entrevistado a hablar con mayor libertad. Las entrevistas pueden celebrarse en el lugar donde ha ocurrido el incidente que estamos investigando, en una galería con fotografías de un lugar concreto antes de un desastre natural o un conflicto, o en una exposición o casa en la que se muestren fotografías de una persona que ha desaparecido, está en la cárcel o ha sido torturada. Si estos detalles están relacionados con la fuente o el sujeto de la entrevista, es probable que hagan aflorar recuerdos o nos proporcionen pruebas documentales de acontecimientos pasados que susciten una conversación sobre determinados temas o experiencias que hayan tenido. Sin embargo, conviene proceder con delicadeza, ya que esta estrategia también puede provocar el efecto involuntario de volver a traumatizar a las personas.

Los elementos del entorno nos servirán para encontrar temas de conversación que fomenten la confianza. Por ejemplo, pueden dar lugar a una pequeña charla que haga que la fuente se relaje o nos permita encontrar puntos en común. Con ello, animaremos al entrevistado a que confíe en nosotros. El despacho de un abogado o la sede de una ONG también pueden ser entornos seguros y agradables para realizar entrevistas.

Seguridad en los viajes

Antes de viajar llevaremos a cabo una evaluación de riesgos que nos permita medir los peligros asociados al país o región que vamos a visitar. El primer paso es tratar de reunir información de amigos y colegas de nuestra misma identidad. El riesgo y la identidad están estrechamente relacionados. Esto significa que nuestra etnia, género, orientación sexual o nacionalidad influyen en el riesgo que corremos. A menudo, determinados pasaportes implican privilegio y un cierto grado de protección, pero otras veces suponen todo lo contrario. Como en todo lo relacionado con la seguridad, es buena idea reunirse con alguien que comparta nuestros rasgos de identidad y que haya viajado a la misma zona para preguntarle por su experiencia.

El siguiente paso es consultar los consejos de viaje que publican las embajadas y ministerios de asuntos exteriores. Por ejemplo, las páginas web de las embajadas de EE. UU., Reino Unido, Canadá, y Australia ofrecen guías muy completas.

Conviene no olvidar que las recomendaciones de estos organismos son muy conservadoras y que a veces magnifican los riesgos. Para comprobarlo basta con comparar los consejos de las embajadas acerca de un lugar que conozcamos bien, nuestro país de origen, por ejemplo, con el lugar que pensamos visitar. Algunas embajadas han empezado a publicar información más actualizada en Twitter, por lo que merece la pena consultar también las cuentas oficiales de Twitter de las embajadas de EE. UU., Reino Unido, Canadá y Australia.

Las empresas de seguridad y gestión de riesgos también publican información al respecto por regiones y países. Estas empresas pueden tener un incentivo financiero o político detrás de sus investigaciones y calificaciones, así que es conveniente contrastarlas. Algunos ejemplos son Riskmap, Kroll Intelligence Center y Kroll Global Fraud and Risk report y Travel Risk map de International SOS pero no todos se actualizan con frecuencia. Además, los índices de criminalidad por país de Naciones Unidas pueden ser útiles y, aunque no se denuncian ni investigan todos los tipos de delitos (por diversas razones policiales, políticas y culturales), suelen ser un buen indicador.

También intentaremos contactar de antemano con personas que puedan ayudarnos una vez lleguemos a nuestro destino. Si creemos que tendremos que enfrentarnos a riesgos personales como que nos vigilen, nos detengan o nos secuestren, comunicaremos nuestro itinerario a una persona de confianza y elaboraremos un documento de prueba de vida (proof of life en inglés), en el que constarán nuestros datos personales, una serie de preguntas de seguridad cuyas respuestas solo conoceremos nosotros y el protocolo de actuación en caso de que nos ocurra algo. También incluirá instrucciones para las personas de confianza y contraseñas con las que acceder a nuestras redes sociales, en caso de que sea necesario cambiarlas o desactivarlas. Para obtener un modelo de formulario y más información sobre cómo utilizarlo, es recomendable consultar los recursos para investigadores freelance del Rory Peck Trust.

Es necesario ponerse las vacunas adecuadas y asegurarse de que al pasaporte le queden más de seis meses de validez y varias páginas disponibles para visados o sellos de entrada y salida. Seguiremos las recomendaciones de seguridad de las embajadas y los requisitos de visado del país de destino, y no olvidaremos llevar a cabo una evaluación de riesgos de los pros y contras del viaje.

Preparación de las entrevistas

Una vez hayamos identificado al entrevistado, prepararemos la entrevista en sí. Es esencial conocer al sujeto, ya sea de forma directa o a través de una investigación de antecedentes, y tener una idea clara de la información que queremos recabar. Lo ideal es estar familiarizados de antemano con los datos personales o públicos del entrevistado para así poder centrarnos en la veracidad y los posibles sesgos de sus respuestas.

La comprobación de antecedentes

Antes de la reunión, llevaremos a cabo una comprobación de antecedentes (background check en inglés), de los entrevistados para conocerlos tan a fondo como sea posible. Utilizaremos recursos en línea o nos pondremos en contacto con personas de confianza que nos proporcionen información sobre ellos. Conocer al sujeto de la entrevista y su campo de especialización (si lo tiene) es también una forma de respetar su tiempo y no pedirle información básica o preguntar obviedades. Comprobar los antecedentes del sujeto de la entrevista también sirve para establecer su fiabilidad y sus posibles sesgos.

Por ejemplo, entrevistar a científicos locales tiene sentido cuando investigamos temas como los daños medioambientales porque tienen conocimientos especializados. Sin embargo, esos científicos pueden estar sometidos a presiones directas o indirectas por parte de empresas privadas o del gobierno. Los científicos extranjeros pueden tener puntos de vista diferentes sobre el tema, pero no tienen por qué estar al tanto de la política local ni estar sometidos a las mismas presiones. En todo caso, investigaremos sus fuentes de financiación y buscaremos conexiones sospechosas o conflictos de intereses.

El hecho de que una persona no sea digna de confianza no implica que debamos renunciar a entrevistarla. Saber que la información que nos proporciona es poco fiable o que puede no ser imparcial nos ayudará a ser más precisos con nuestras preguntas y a estar en guardia ante posibles manipulaciones. Que alguien intente conducirnos hacia una determinada conclusión o nos oculte información que ya conocemos puede constituir una buena prueba en sí misma.

Compartir información mientras investigamos temas delicados y a personas o grupos peligrosos a los que nos interesa entrevistar es algo que hay que considerar con mucho detenimiento. En la mayoría de los casos, lo mejor es abstenerse de hacer demasiadas preguntas fuera de nuestro círculo íntimo mientras tratamos de conseguir una entrevista. Preguntar a demasiada gente puede hacer que se difunda la noticia de que estamos llevando a cabo una investigación y revelar los temas que nos interesan o poner en peligro a las personas que queremos entrevistar.


La seguridad es lo primero

Comprobación de antecedentes: entrevistas preliminares

Es posible que a algunos de los entrevistados les intimide que comprobemos sus antecedentes y, en algunos casos, pueden surgir conflictos o tensiones, sobre todo si se enteran de que hemos tratado de verificarlos a través de terceras personas. Una de las formas más sencillas de evitar problemas es realizar una comprobación de antecedentes voluntaria, siempre que sea posible y no ponga en peligro al entrevistado, a la investigación o a nosotros mismos. Por lo general, el proceso comienza con una entrevista preliminar basada en preguntas sencillas. Aunque cada persona es un mundo, a la mayoría de la gente le gusta tener una plataforma desde la que hablar. Una de las ventajas de que el entrevistado forme parte de su propio proceso de verificación es que podemos obtener su permiso expreso para conocer a fondo la situación y entrar en contacto con su red de relaciones para comprender más a fondo el tema de la investigación. Cuando se presenta de esta manera, la verificación de antecedentes es transparente y consensuada, por lo que se evitan tensiones innecesarias y se respeta la privacidad y la seguridad del sujeto de la entrevista.

Comprobación de antecedentes: en línea

Al realizar una investigación en línea es importante utilizar una VPN y un buscador que proteja nuestra privacidad con el fin de mantenernos en el anonimato. Esto reducirá la posibilidad de que aquellos a quienes investigamos descubran tanto nuestra identidad como el hecho de que los estamos investigando. El propósito de esta comprobación de antecedentes es erificar datos para aumentar la seguridad y reducir los riesgos. Por lo general la información que recopilemos por medio de una comprobación de antecedentes no formará parte de la propia investigación, ya que nuestro objetivo no espiar a nuestras fuentes sino protegernos. Revelar información off the record de una fuente extraoficial o anónima supone un gran riesgo para la entrevista y para nuestra relación con la propia fuente. No solo demuestra una falta de ética, sino que en algunos ámbitos constituye incluso un delito.


Consejos:

Comprobación de los antecedentes de los números de teléfono

He aquí tres métodos para verificar el número de teléfono de una fuente, en el caso de que tengas que hacerlo:

  1. Llamar al número.

  2. Realizar una búsqueda inversa del número.

  3. Realizar una búsqueda del operador del número.

1. No llamaremos nunca desde un teléfono con el que se nos pueda relacionar. Para ello utilizaremos un teléfono público, llamaremos desde un hotel o recurriremos a un número virtual. Otra opción es usar números virtuales, ya que NO están asignados a teléfonos móviles o líneas terrestres, sino que los genera un programa. En EE. UU. es posible generar un número virtual de forma gratuita por medio de una cuenta de Google y https://voice.google.com. Fuera de EE. UU. recurriremos a aplicaciones para smartphones y servicios web como Skype (números internacionales a través de Skype out/Skype in), Burner App (para números de EE. UU. y Canadá), Coverme App (números de EE. UU. y Canadá) y Hushed App (números internacionales).

2. Las herramientas de búsqueda inversa de números de teléfono nos proporcionan los datos del número que estamos investigando. La mayoría de estas herramientas son servicios comerciales. Tactical Tech no las respalda, tan solo se limita a señalar lo que hay en el mercado: Comfi, Whitepages, Spokeo (solo números de EE. UU.), Pipl. Al utilizar herramientas de búsqueda inversa en línea es recomendable operar con una VPN y un buscador privado.

3. Estas son algunas de las herramientas de búsqueda de operadores y usuarios disponibles:

  • Twilio: es la forma más sencilla de realizar búsquedas de operadores y usuarios. La búsqueda de usuarios nos proporcionará el nombre de la persona asociada al número o el de la persona que abona la factura del número. También nos permitirá saber si se trata de un número comercial o el de un domicilio. La búsqueda del operador nos permitirá saber qué proveedor de telefonía móvil está conectado al número y si se trata de un número de teléfono fijo, móvil o VoIP virtual. A mediados de 2019, una búsqueda de operador de Twilio costaban unos 0,0044 euros, mientras que la búsqueda de usuarios costaba 0,0089 euros.

  • Truecaller: es una aplicación que se emplea para elaborar listas y buscar información sobre números de teléfono y las personas asociadas a ellos. Suele utilizarse como identificador de llamadas para identificar y bloquear los números entrantes. La aplicación puede extraer los contactos de los teléfonos que la tienen instalada por lo que a menudo tiene datos sobre números no listados o únicos.

  • Numerify: ofrece un servicio de búsqueda de números de teléfono en todo el mundo.

Comprobación de antecedentes de empresas, instituciones públicas y organizaciones sin ánimo de lucro

Si el sujeto de la entrevista está relacionado con una empresa, una organización sin ánimo de lucro o una institución gubernamental, consultaremos las bases de datos y herramientas para encontrar contactos, datos y conexiones útiles. Si no sabemos por dónde empezar, es recomendable recurrir al índice global de recursos por región y país del Investigative Dashboard o explorar su base de datos mundial de documentos de investigaciones anteriores, en constante crecimiento. El Investigative Dashboard es un recurso desarrollado y gestionado por una red de periodistas de investigación del Organized Crime and Corruption Reporting Project, (Proyecto de Investigación del Crimen Organizado y la Corrupción, OCCRP en sus siglas en inglés).

En Estados Unidos podemos buscar información sobre personas vinculadas a empresas, organizaciones sin ánimo de lucro o al Gobierno en algunas de las siguientes bases de datos:

Nombres de usuario en línea, búsqueda de personas y redes sociales

He aquí algunas herramientas y bases de datos para verificar la presencia en línea de una persona:

Herramientas en las que introducimos un nombre de usuario para averiguar dónde se utiliza en línea:

Un buscador de personas, como su propio nombre indica, permite buscar información sobre alguien. La mayoría se centra en Estados Unidos:

Redes sociales:

Búsqueda de currículums:

Búsqueda en el Interfaz de Programación de Aplicaciones (API en sus siglas en inglés) de las redes sociales (para investigadores con un alto nivel de conocimientos técnicos):

Herramientas de inteligencia de fuentes abiertas (OSINT en sus siglas en inglés). Se trata de herramientas de búsqueda de código abierto potentes:

  • Maltego CE: Versión comunitaria del programa que se utiliza para encontrar y visualizar relaciones entre conjuntos de datos.

  • Spiderfoot: Nos permite buscar información sobre direcciones IP, nombres de dominio, nombre del host, subredes de red, números de sistema autónomo (ASN en sus siglas en inglés), direcciones de correo electrónico o nombres de personas.

  • Spiderfoot HX: Versión de Spiderfoot alojada en una página web.

  • Harvester: Para obtener información sobre direcciones de correo electrónico, nombres, subdominios, IP y URL.

Definir nuestros objetivos

Algunos posibles objetivos para realizar una entrevista:

  • Sacar a la luz el lado humano de una historia: Las conversaciones con personas relevantes para una investigación son una buena oportunidad para ponerle voz y rostro a la historia. Si se llevan a cabo de forma equilibrada, ética e imparcial, añaden credibilidad a las conclusiones y afirmaciones, y suscitan la empatía del lector con los problemas y cuestiones que estamos investigando.

  • Recopilar pruebas: Las entrevistas con determinadas fuentes son fundamentales para recabar testimonios que fundamentan el resto de la investigación. Por ejemplo, reunirse con habitantes de ciertas zonas de la península del Sinaí (Egipto) que denuncian las ejecuciones extrajudiciales de supuestos extremistas por parte de las Fuerzas de Seguridad del Estado puede demostrar la inocencia (o culpabilidad) de personas acusadas de terrorismo, o aportar pruebas sobre un determinado suceso que podemos contrastar con otras pruebas y testimonios. Los expertos militares pueden darnos pistas sobre la forma de actuar de las fuerzas de seguridad, de sus objetivos habituales y del armamento que suelen utilizar. Las preguntas variarán según el tema de la entrevista.

  • Fundamentar un caso: Quizá necesitemos el testimonio de una fuente primaria para denunciar un determinado delito. Siguiendo con el ejemplo anterior, si el objetivo de nuestra investigación es presentar una acusación formal contra el Gobierno egipcio en el Tribunal Penal Internacional de La Haya, tendremos que respaldar las pruebas con testimonios de las distintas partes.

Elaborar y organizar una lista de preguntas.

Elaboraremos una lista de preguntas, aunque no es necesario atenerse a ella de forma estricta durante la entrevista. Es necesario estar preparados para redirigir la conversación o reformular ciertas preguntas en función de la interacción con el entrevistado. Tener las preguntas preparadas nos ayudará a centrarnos en los temas relevantes. Elaborar la lista nos ayudará a identificar lo que queremos obtener de la entrevista. Si la entrevista resulta difícil y afloran las emociones, una lista de preguntas preparada de antemano nos ayudará a dejar a un lado los sentimientos y concentrarnos en el trabajo.

Tipos de preguntas

En una entrevista debemos abordar el tema desde diferentes ángulos y alternar tipos de preguntas para que la conversación evolucione poco a poco. Empezaremos con preguntas fáciles e iremos entrando en temas más delicados a medida que avance la conversación. Una charla informal antes de entrar en materia sirve para romper hielo.

  • Preguntas cerradas o preguntas abiertas: Las preguntas cerradas ofrecen al sujeto la posibilidad de dar una respuesta breve y sencilla, por ejemplo, «sí» o «no». A menos que queramos verificar pruebas que ya hayamos recopilado, es mejor evitarlas. Las preguntas abiertas permiten al sujeto dar una visión más compleja sobre ciertos temas.

  • Preguntas objetivas o preguntas abiertas: Las preguntas objetivas sirven para establecer hechos, por ejemplo, nombre, ocupación y edad. Las preguntas abiertas buscan respuestas más elaboradas y detalladas.

  • Preguntas de seguimiento: Es posible que después de que el sujeto nos dé una respuesta queramos preguntar algo más, ya sea porque no ha contestado del todo o porque ha tocado un tema en el que queremos profundizar. En ese caso, conviene no interrumpir al entrevistado. Le dejaremos terminar su respuesta antes de formular cualquier pregunta de seguimiento.

  • Preguntas provocativas: Su objetivo es provocar una reacción o forzar una respuesta. Es necesario considerar con cuidado cuándo es apropiado hacerlas.


Nota: Evitar las preguntas capciosas

Las preguntas capciosas son aquellas que dirigen al entrevistado hacia una respuesta determinada. Incluso cuando poseemos una serie de datos inequívocos, el objetivo de una entrevista es obtener o aclarar información, no provocar una respuesta específica. En lugar de preguntar, por ejemplo, «¿Cuánto cobra un funcionario?», preguntaremos: «¿Qué tal se vive con un sueldo de funcionario?».

Prepararnos para entrevistados difíciles

A veces, sobre todo cuando se trata de un tema difícil o doloroso o cuando se entrevista a personas conflictivas, nos percataremos de que evitan dar respuestas precisas. Responder con otra pregunta o intentar llamar la atención sobre los aspectos positivos de la situación son formas de no responder. Es conveniente marcar las preguntas que creamos que pueden provocar inquietud o rechazo. Elaboraremos una serie de preguntas alternativas que nos ayuden a obtener esas respuestas. Por ejemplo, los cargos públicos, los miembros del Gobierno y los políticos suelen ser muy hábiles a la hora de evitar preguntas difíciles y dar respuestas que les hagan quedar mal. Si notamos que esto ocurre, intentaremos reformular la pregunta.

Empleo eficiente del tiempo

A veces dispondremos de un tiempo limitado, sobre todo cuando tratemos con cargos públicos. En estos casos trataremos de ahorrar tiempo para las preguntas importantes. Respetaremos el tiempo del entrevistado y le propondremos tomarse los descansos que necesite. Una entrevista más larga no nos asegura obtener más información. Si percibimos que no estamos consiguiendo lo esperado, tenemos que plantearnos si estamos haciendo las preguntas adecuadas o si el entrevistado no domina el tema como creíamos, y tratar de centrarnos en lo importante. Intentaremos que la entrevista no dure más de una hora, a menos que sea realmente necesario y creamos que el entrevistado está de acuerdo.

Atención al lenguaje

El lenguaje es importante en aspectos como el género, la etnia y otros temas delicados. Tanto por precisión como por respeto, es fundamental ser prudentes con el lenguaje que utilizamos en la entrevista. Por ejemplo, antes de entrevistar a un miembro de la comunidad LGBTQI+ nos aseguraremos de conocer el significado de términos como «trans», «no binario» o «pansexual». Lo mismo ocurre con la etnia, la condición social, la religión, etc.

Adoptar la mentalidad adecuada

Debemos dejar de lado nuestros sentimientos y prejuicios, sobre todo cuando nos enfrentemos a una fuente conflictiva con la que podemos estar en desacuerdo. Para entrevistar a fuentes vulnerables es necesario estar preparados para enfrentarnos a la tristeza, la ira, la frustración y a relatos difíciles de procesar. Estar preparados nos ayudará a reaccionar de forma adecuada.

Durante la entrevista

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A continuación, estudiaremos cómo realizar entrevistas generales, recopilar información general de los entrevistados, hablar con testigos y entrar en enfoques específicos más delicados.

Canales para realizar una entrevista

Parte de la preparación de una entrevista consiste en establecer los medios o canales que utilizaremos. He aquí los más habituales:

Cara a cara

Es la opción más habitual. Nos ayuda a conectar con el entrevistado y facilita la protección de la confidencialidad de la interacción. No debemos subestimar el lenguaje corporal. La reacción de un entrevistado ante una pregunta difícil puede darnos más información que la propia respuesta.

Llamadas telefónicas o videoconferencias

Si no queda más remedio que entrevistar a distancia a la fuente, es recomendable usar comunicaciones cifradas y herramientas que nos permitan grabar la conversación, siempre y cuando contemos con el permiso del sujeto. La videoconferencia es preferible a la llamada telefónica.

Correo electrónico

Es la opción menos deseable, ya que reduce la posibilidad de formular preguntas de seguimiento y de mantener una conversación fluida. Además, es imposible estar seguros de que la persona que responde a las preguntas sea la que queremos entrevistar. Este canal debería ser nuestro último recurso.

Términos clave

No todo el mundo domina el argot de las entrevistas. Términos como on the record o off the record pueden producir malentendidos y además se aplican de forma diferente en distintos contextos y culturas. Lo mejor es evitarlos y limitarse a explicar a entrevistado cómo se utilizará la información. Este proceso debería ser una negociación: lo normal será que la fuente se oponga a ciertas cosas hasta que lleguemos a un acuerdo aceptable para ambas partes.

He aquí unos cuantos términos (y hábitos) que merece la pena conocer:

Información On the record (con constancia de lo dicho / información oficial)

Esto significa que tenemos libertad para utilizar la información y mencionar a la persona que la ha proporcionado cuando se hagan públicos los resultados de la investigación.

Información Off the record (a micrófono cerrado, información extraoficial)

La información extraoficial suele servir para ponernos en contexto acerca de un tema que la fuente o el entrevistado no pueden expresar en público. En general, la información extraoficial no es publicable ni atribuible a la persona que nos la ha proporcionado. Sin embargo, podemos usarla para obtener información de otra fuente que esté dispuesta a hablar del tema de forma abierta, es decir, con constancia de lo dicho. No obstante, no habrá problema en divulgar la información si conseguimos verificarla contrastándola con otras fuentes u obtenemos información similar de otras fuentes o investigaciones.

Información no atribuible

La principal diferencia entre la información no atribuible y la extraoficial es que en este caso se puede publicar la información sin nombrar a la fuente. Por ejemplo, podemos mencionar que la información procede de la Embajada de Canadá, pero no al funcionario que nos la ha proporcionado.

Información anónima

En este caso podemos publicar la información sin nombrar a la fuente. Eso significa que ni siquiera podemos mencionar que la información procede de un funcionario. Pongamos el caso de que un diplomático canadiense nos revela detalles sobre un caso de corrupción que está investigando y nos proporciona pruebas útiles para nuestra investigación. En este caso, el mero hecho de mencionar que un diplomático canadiense nos ha pasado la información puede ponerle en peligro.

Si una fuente nos advierte de que no quiere que su nombre figure en la publicación de nuestro proyecto, quizá eliminar su nombre y su imagen no baste. Publicar dónde trabaja, quién es su jefe, su ubicación exacta, su edad, su historia personal o sus antecedentes familiares son pistas más que suficientes para identificar a una persona sin que se mencione su nombre. A veces es necesario preservar el anonimato de una fuente, aunque ella misma no sea consciente de los riesgos que corre al exponerse de manera pública. Por ejemplo, si una mujer siria nos está dando información sobre tráfico de personas en una pequeña ciudad noruega, debemos preguntarnos cuántas mujeres sirias viven en esa ciudad. Si son pocas, no es difícil revelar su identidad sin darnos cuenta.

Formularios de autorización

Documentos en los que la fuente o el entrevistado acepta que sus palabras o su imagen se utilicen en nuestra investigación en las circunstancias específicas que se describen en el propio documento.

Doble comprobación

Siempre verificaremos la precisión de los datos recibidos de una fuente o de un sujeto y, si es posible, intentaremos recopilar información similar de varias fuentes. Si en algún momento de la investigación dudamos de la veracidad de un dato, debemos confirmar con el entrevistado que hemos entendido la información que nos ha proporcionado.

Fact-checking

Para que la información pueda convertirse en prueba debe ser exacta. Durante la investigación habrá que confirmar su veracidad por medio de diversas fuentes y utilizando distintos métodos.

Consentimientos y autorizaciones

Aunque una persona acceda a hablar con nosotros, tendremos que aclararle ciertos términos relacionados con el uso que pensamos hacer de la información que nos proporcione, o si mencionaremos su nombre y cómo. A veces, será necesario obtener un permiso firmado para utilizar su imagen o sus palabras. Si no tenemos un formulario, bastará con un simple trozo de papel con un acuerdo por escrito en el que conste su firma. Es un requisito fundamental cuando se entrevista a menores. En estos casos, un adulto debe dar siempre el consentimiento en su nombre.

Establecer límites

Debemos estar seguros de que los entrevistados, incluso si ya los conocemos, entienden que nos ponemos en contacto con ellos por trabajo y que nuestra relación con ellos es profesional. Esto les ayudará a reducir las expectativas sobre nosotros.

Documentar la entrevista

Para que la investigación avance, lo ideal es que los testimonios y las pruebas queden registradas de alguna forma. Por cuestiones éticas y legales, solo podemos hacerlo con el consentimiento de los entrevistados.

Grabaciones de audio

Es la forma más fácil y habitual de registrar la información durante la entrevista. Intentaremos tomar notas al mismo tiempo para localizar la información correcta en la grabación. Las notas también nos servirán de apoyo si el dispositivo sufre alguna avería antes de que hayamos podido hacer una copia de seguridad.

Videoconferencias y grabaciones telefónicas

Lo ideal es conocer a los entrevistados y fuentes en persona para estar seguros de que son quienes dicen ser. Si no es posible reunirnos con el entrevistado, utilizaremos un canal que nos permita verle la cara (Jitsi, Wire, etc.) y, siempre que contemos con su permiso, grabaremos al menos el audio. No olvidemos que algunos dispositivos y aplicaciones, Skype, por ejemplo, notifican a los participantes que la llamada se está grabando, así que lo mejor es no mentir. Skype y los teléfonos fijos no son canales seguros para realizar entrevistas sobre temas delicados. Antes de empezar la entrevista es recomendable que el sujeto nos conceda permiso por escrito para grabarla o que manifieste su acuerdo de manera verbal y que quede constancia de ello.

Fotografías y grabaciones de vídeo

Si pensamos hacer fotografías o grabar la entrevista en vídeo, conviene que no nos obsesionemos con la configuración de los dispositivos, los encuadres o la iluminación. Si queremos que las personas cambien de postura o se coloquen en un lugar concreto, les preguntaremos si no les importa hacerlo, en lugar de ordenárselo. Por ejemplo, si entrevistamos a una persona mayor o enferma en su casa en un día frío y las condiciones de luz en el interior del domicilio no son las mejores, no trataremos de llevar a cabo el encuentro en el exterior solo porque la iluminación sea mejor. Cuando nos acompañe un fotógrafo o un camarógrafo, les pondremos al día de las circunstancias o les pediremos que nos informen de sus necesidades, con el fin de hacérselas saber de antemano al entrevistado.

Ética en el uso de grabaciones

A la hora de publicar la investigación, seleccionaremos las imágenes con sumo cuidado. Por ejemplo, si escribimos sobre violencia sexual, evitaremos las imágenes que hagan parecer indefensas o desvalidas a las personas que la hayan sufrido. Lo mismo ocurre con los menores: siempre hay que estar seguros de que las imágenes que tomamos se ajustan a legislación vigente. Los derechos y la protección del menor son siempre prioritarios.

Aspectos legales

Necesitamos obtener un permiso por escrito para grabar y tomar fotos o vídeos. Algunas de estas pruebas no son admisibles sin consentimiento legal, sobre todo si la información puede acabar en los tribunales o servir de prueba a otros (periodistas, abogados, activistas, ONG, etc.). En caso de duda, buscaremos asesoramiento legal.


Nota sobre las grabaciones

Es necesario estar siempre al día de la legislación local sobre grabación de conversaciones para asegurarnos de respetar la ley.

Entrevistas que requieren un tratamiento especial

Cada investigación requiere sus propias fuentes humanas. Como decíamos antes, será necesario variar el tipo de entrevistas para obtener una perspectiva más amplia del tema de la investigación. Esto implica entrevistar a personas en diferentes lugares, pero también a algunas que requieren un tratamiento especial por ser vulnerables o porque el objetivo de la investigación sea fundamentar un caso legal.

He aquí algunas circunstancias especiales con las que podemos encontrarnos al realizar entrevistas para una investigación.

Entrevistas en países extranjeros y lugares desconocidos

Si tenemos intención de entrevistar a un sujeto en un país extranjero debemos considerar las particularidades culturales o religiosas del lugar, contar con un contacto o una red de confianza local y tener al menos conocimientos básicos del idioma del lugar. Esto puede suponer una gran diferencia en los resultados que obtengamos.

Como un pez fuera del agua

Cuando nos desplacemos para entrevistar a personas o inspeccionemos lugares antes de una reunión, debemos ser conscientes, entre otras cosas, de las diferencias culturales, lingüísticas, políticas y económicas.

Intentaremos reducir estas diferencias en la medida de lo posible. Nos será de ayuda ponernos en contacto con activistas u organizaciones que trabajen en la zona.

Si el tema o el incidente que estamos investigando está todavía en curso, nuestra presencia podría despertar sospechas, sobre todo si nos encontramos en un lugar en el que nuestro rostro o nuestro aspecto destacan entre la multitud. Para reducir los riesgos averiguaremos cuanto sea posible sobre el comportamiento de las fuerzas de seguridad y las comunidades locales y las normas vigentes (o su ausencia). Llevaremos siempre encima los números de emergencia de la embajada o el consulado. Es buena idea notificarles nuestra presencia en el país, aunque conviene ser prudentes y no revelar información delicada sobre la investigación si ello nos pone en peligro tanto a nosotros como a nuestras fuentes.

Entrar en ciertos países con una cámara profesional puede suponer un problema. Indagaremos antes de viajar para que no nos confisquen los dispositivos en la aduana. La salida es tan importante como la entrada. Tendremos en cuenta las recomendaciones de seguridad de Tactical Tech para proteger la información recopilada y evitar que nos registren o nos confisquen el equipo.

Desplazamientos

En ciudades pequeñas o pueblos, por ejemplo, el transporte público es fiable, sin embargo, hay lugares en los que es mejor evitarlo por motivos de seguridad.

A veces es mejor que conduzcamos nosotros mismos o que alguien de confianza que trabaje o viva en ese lugar nos haga de conductor. Además, los conductores de la zona se orientan mejor y saben pedir indicaciones en el idioma local. Si llevamos nuestro vehículo particular o de trabajo, trataremos de ser lo más discretos posibles. Es aconsejable aparcar a cierta distancia en una zona común amplia o comercial. Si las circunstancias nos permiten tomar un taxi, siempre podemos pedir al conductor que nos deje a cierta distancia del lugar de la reunión.

Consideraremos si es más seguro viajar detrás del conductor o en el asiento delantero. Para ello hay que tener en cuenta qué hace la gente del lugar, nuestra propia relación con el conductor y qué probabilidades hay de que alguien lo obligue a parar. A menudo, los vehículos de una determinada marca, modelo, precio, edad o color son más propensos a que los paren o a sufrir ataques por parte de la policía, el ejército, las bandas de delincuentes o lo ladrones. Hablar con una persona de la zona arrojará algo de luz sobre el asunto.

Comunicaciones

Un número de teléfono de la zona nos facilitará la comunicación con las fuentes locales. Las tarjetas telefónicas suelen estar a la venta en los aeropuertos y en los alrededores de las principales estaciones o zonas comerciales. Es útil adquirir una con acceso a internet para seguir utilizando comunicaciones codificadas y mapas digitales.


¡La seguridad es lo primero!: Tarjetas SIM

En algunos países, para obtener una tarjeta SIM es obligatorio presentar un documento de identidad (o una fotocopia o fotografía). Cuando pagamos una tarjeta SIM con una tarjeta de débito o crédito revelamos más información personal de la deseable. No solo proporcionamos nuestros datos personales (nombre, fecha de nacimiento, etc.), sino que también nos vinculamos a la tarjeta SIM. Todas las tarjetas SIM tienen un número identificador único o ICCID (Integrated Circuit Card ID) y llevan integrado un código identificador del dispositivo de telefonía móvil llamado IMSI (International Mobile Subscriber Identity) que quedan vinculados a nosotros. El ICCID consta de entre 19 y 20 dígitos y es un número de serie que consiste en una serie de códigos de fabricación y de país, un identificador del emisor y el número SIM. El IMSI se compone del MCC (Mobile Country Code) y el MNC (Mobile Network Code), dos códigos numéricos que sirven para identificar el país y los operadores de telefonía móvil que utilizan, y un MSIN (Mobile Subscription Identification Number) que permite identificar un dispositivo de telefonía móvil concreto. Toda esta información se transmite a través de la red móvil cuando el teléfono está activo y conecta nuestra identidad irectamente con la tarjeta SIM.

Para evitarlo, usaremos un número virtual o de VoIP (Voice over IP) para disponer de un número local que no esté vinculado a nuestra identidad.

Es muy recomendable estar al día de cómo el rastreo de teléfonos móviles, Wifi y bluetooth nos conecta a nosotros y a nuestros dispositivos con un lugar. Hay que considerar con detenimiento si llevamos un teléfono móvil a una entrevista. Si nos sentimos más seguros teniéndolo a mano, trataremos de mantenerlo sin conexión o apagado. Un dispositivo sin conexión es un dispositivo que está apagado. Lo ideal es guardar los dispositivos en una bolsa de bloqueo de RFID (Radio Frequency Identification), en una bolsa de Faraday o en cualquier otro mecanismo de bloqueo del servicio de telefonía móvil. En caso de necesitar una forma rápida de bloquear la señal del móvil, lo envolveremos en varias capas de papel de aluminio (mínimo dos). Es importante probar este método antes de confiar en él. Para ello introduciremos un teléfono móvil conectado o encendido en una bolsa de Faraday o lo envolveremos en papel de aluminio y llamaremos al número. El teléfono no debería sonar.

Idiomas

No siempre dominaremos el idioma del lugar al que viajemos. Recurrir a los servicios de un intérprete exige estar seguros de su fiabilidad. Es útil ponerse en contacto con periodistas o activistas locales que nos ayuden con la interpretación o nos presenten a alguien que pueda hacerlo. También es útil aprender algunas palabras y expresiones cotidianas. Dar las gracias, pedir cosas por favor y saludar en el idioma local siempre se aprecia.

Aspectos culturales y religiosos

Ser conscientes de las costumbres y tradiciones de la zona facilitará la interacción con las comunidades locales o nos ayudará a pasar desapercibidos si es necesario. Por ejemplo, a ciertas personas no les gusta que los extranjeros interactúen con niños o bebés (para evitar el mal de ojo). Lo más posible es que la gente no espere que nos comportemos como ellos, pero apreciará el esfuerzo. Intentaremos no comer, beber o fumar si alguien con quien nos reunimos está ayunando, pero hay que tener en cuenta que rechazar algo que nos ofrezcan puede interpretarse como una falta de respeto. En lugar de rechazar de plano un plato de comida, podemos decir que nosotros también estamos ayunando o que tenemos el estómago revuelto.

No conviene dar por sentada la disponibilidad de productos que consideramos básicos. Por ejemplo, en una zona rural, es mejor decir que necesitamos usar el baño y preguntar dónde ir, en lugar de preguntar dónde está el baño para evitar avergonzar a nuestros anfitriones en caso de que no tengan. Los cumplidos sobre la casa de los anfitriones o la zona serán siempre respetuosos y genuinos para no caer en el paternalismo. Las comunidades asumen la carga de la hospitalidad cuando reciben visitas. Nos acomodaremos para que ellos se sientan cómodos. Expresaremos siempre nuestro más sincero agradecimiento por el tiempo que nos dediquen, por habernos acogido en su hogar y habernos mostrado cómo es su vida.

Género

El género influye en todas las entrevistas, pero cuando nos desplazamos a países extranjeros, a veces supone una enorme diferencia. Una comunidad conservadora no verá con buenos ojos que un hombre que investiga la mutilación genital femenina hable con las mujeres sin un intermediario. Intentaremos encontrar la manera de que nuestra interacción no se perciba como una amenaza o una falta de respeto.

Con las mujeres ocurre lo mismo, aunque en la mayoría de los casos la gente está más abierta a considerar a las mujeres extranjeras como un «tercer género». Esto significa que se les permitirá conocer lugares y personas a los que las mujeres locales y los hombres extranjeros nunca podrán acceder.


Consejo:

Como material de lectura, recomendamos esta guía práctica del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) sobre la integración de la perspectiva de género en las investigaciones sobre derechos humanos, con consejos para llevar a cabo entrevistas y preparar el trabajo de campo.

Debemos ser conscientes de que nuestra forma de vestir puede afectar al trato que recibimos de la gente. Los hombres en pantalones cortos llaman la atención en ciertos lugares. En las mezquitas e iglesias o monasterios ortodoxos es de rigor descalzarse, y las mujeres deberán cubrirse la cabeza en muchos lugares sagrados. Cumplir las normas de etiqueta es un signo de respeto hacia la comunidad que facilitará la interacción. Es recomendable llevar encima un par de calcetines y un chal. En algunos lugares seculares conservadores, como la Universidad Islámica de Gaza es muy probable que nos exijan que nos cubramos. Aunque vaya en contra de nuestros principios, no debemos tomarlo como una ofensa. Nuestro objetivo es llevar a cabo una buena entrevista y recopilar datos para la investigación. Por mucho que nos sintamos obligados a defender nuestros derechos o los de otras personas, lo más seguro es que no sea el mejor momento. Daremos prioridad al trabajo, aceptaremos las restricciones de vestuario, si no se aplican de forma violenta, y nos las tomaremos como un sacrificio por un objetivo mayor.

Como norma general, la mejor opción es llevar ropa y calzado cómodo y que nos haga pasar lo más desapercibidos posible.


¡La seguridad es lo primero!: Entornos hostiles

Es importante señalar que un entorno hostil no es tan solo una zona de conflicto. No viajaremos a zonas de conflicto sin la debida formación sobre entornos hostiles. No obstante, es posible que tengamos que desplazarnos a países como Colombia, México, Israel o Egipto, que, si bien no están inmersos en una guerra o un conflicto abierto, se consideran entornos hostiles y, por tanto, peligrosos para los investigadores. También puede suceder que nosotros seamos ciudadanos de un país en el que hay un conflicto abierto y, por tanto, vivamos y trabajemos en entornos tensos en los que nuestra seguridad y la de nuestras fuentes y entrevistados corren constante peligro. La mayoría de las recomendaciones anteriores para investigar en países extranjeros seguirán siendo válidas, pero habrá que extremar las precauciones al entrar en contacto con la gente, decidir dónde nos alojamos y cómo nos relacionamos con los cargos públicos, las fuentes y los entrevistados.

Tactical Tech recomienda consultar las publicaciones sobre investigación y periodismo de conflictos responsable y sobre cómo trabajar en zonas de guerra del Institute for War and Peace Reporting (Instituto para la Investigación de la Guerra y la Paz, IWPR en sus siglas en inglés). Un par de ejemplos de recursos de su página web son el manual Conflict Sensitive Journalism in Syria (Periodismo de conflicto con conciencia, en árabe) y Reporting for Change: A Handbook for Local Journalists in Crisis Areas (Periodismo por el cambio: manual para periodistas locales en zonas de crisis - versión en español aquí).

Debemos intentar pasar desapercibidos. No dejar que los desconocidos sepan quiénes somos o qué hacemos en el país, a menos que consideremos que es seguro hacerlo. Tendremos especial cuidado con quién charlamos o con quién hablamos de cosas sin importancia. En muchos países, las fuerzas de seguridad cuentan con una extensa red de informantes al acecho de posibles amenazas. No facilitaremos información personal ni haremos preguntas que revelen nuestras fuentes, entrevistados o cualquier otro tema que pueda despertar sospechas.

Por ejemplo, para encontrar la dirección de una ONG local que nos va a ayudar a orientarnos, no es recomendable pedir indicaciones en el hotel donde nos alojamos. Es mejor localizar unos cuantos puntos de referencia cercanos a la sede de la organización (por ejemplo, una cafetería o una tienda cercana a la oficina de la ONG) y preguntar por ellos a la gente o buscarlos con un conductor de confianza sin mencionar el nombre de la organización. Si eso no funciona, pediremos indicaciones a los transeúntes, pero lejos del lugar donde pasamos la mayor parte del tiempo. Evitaremos a los porteros y camareros, pues a menudo están en nómina de la policía y pueden estar bajo control de las bandas.

Por muy reconfortante que resulte desde un punto de vista emocional, intentaremos evitar las rutinas, recorrer la misma ruta o comer en el mismo sitio todos los días. Un truco para variar las rutinas es lanzar una moneda o un dado para tomar decisiones de poca importancia, por ejemplo, decidir si vamos a pie, tomamos el transporte público o un taxi; si vamos a determinado un lugar el martes o el miércoles. Esto nos ayuda a romper patrones de los que quizá no somos conscientes. Entablar relaciones con la comunidad de expatriados nos identifica como miembros de dicha comunidad. Cosas tan cotidianas como las monedas y el dinero que llevamos encima pueden vincularnos a un lugar.

Antes de entrar en un entorno hostil es necesario saber cómo salir de él si las cosas se tuercen. Consultaremos las noticias locales para estar al tanto de cualquier novedad.

Por ejemplo, si estamos recopilando pruebas de abusos contra una comunidad local en una región remota y comienza una oleada de ataques, quizá sea el momento de abandonar el lugar. Es posible que por diversos motivos (que haya puestos de control en las carreteras, que se interrumpa el transporte por tren, etc.) no podamos salir del mismo modo en que entramos (en coche o en tren) o con la persona con la que entramos. Siempre hay que contar con una segunda opción, por ejemplo, un conductor de confianza o conocer rutas de salida alternativas.

Si asistimos a una manifestación, es necesario estar al tanto de cómo actúan las fuerzas de seguridad y contar con un plan de emergencia. Intentaremos averiguar las estrategias habituales para reprimir a los manifestantes. Averiguaremos con antelación si nuestro pasaporte o nacionalidad nos sirven de algo o si, por el contrario, pueden ser causa de que nos arresten (los pasaportes de ciertos países pueden acarrear problemas). Si estamos investigando el uso de armas no autorizadas o el asesinato de civiles durante las manifestaciones, saber cómo se desencadenan los ataques resultará útil para evitar que nos sorprenda una confrontación.

La embajada de nuestro país es un aliado, no un salvavidas.

Alojamiento

Por lo general, es preferible alojarse en un hotel en vez de con anfitriones locales. Dependiendo del trabajo que estemos llevando a cabo, podemos ponerlos en peligro o, según su ideología, podría parecer que tomamos partido por un determinado bando. Además, la investigación puede verse comprometida si los anfitriones están bajo vigilancia. No obstante, hay excepciones y a veces será más seguro alojarse con anfitriones locales. Recurriremos al sentido común y, antes de tomar cualquier decisión, evaluaremos los pros y los contras.

En ciertos lugares, dependiendo de la investigación o de las personas con las que vayamos a reunirnos, elegir un alojamiento en un barrio concreto puede interpretarse como una toma de partido que puede aumentar el nivel de riesgo (por ejemplo, si uno de los grupos sufre ataques o persecuciones), pero también puede dar lugar a que los habitantes crean que apoyamos a uno de los bandos de las facciones opuestas, y provocar que los miembros de los otros bandos se nieguen a hablar con nosotros. En lugares como Gaza, por ejemplo, incluso cuando la situación es más o menos estable, es necesario saber si nos encontramos en un barrio donde la mayoría de la gente apoya a Hamás, a Al Fatah, si es neutral o internacional. Siempre que sea posible, procuraremos alojarnos en un lugar donde haya otros extranjeros u organizaciones internacionales.

Evitaremos revelar dónde nos alojamos. Si tenemos que permanecer en un lugar durante mucho tiempo para llevar a cabo la investigación, quizá sea buena idea cambiar de alojamiento varias veces para no despertar sospechas. Buscaremos formas alternativas de salir del hotel y evitaremos las rutinas.

Antes de reservar el alojamiento hay que tener en cuenta si hay restricciones de electricidad o de internet.

Desplazamientos

Busca medios de transporte fiables y asegúrate de que puedes confiar en las personas que te ayudan a desplazarte. Siempre que sea posible, planifica tus citas con antelación y viaja con el apoyo de alguien que conozca la zona.

Sabe a dónde vas y no inicies el viaje si no te sientes seguro o si no sabes cómo vas a poder salir del lugar. Ten en cuenta que los lugareños pueden estimar el riesgo de forma diferente a la tuya. Di lo que piensas y comunica tus preocupaciones, y haz preguntas a las personas que te guían. Una visita a una granja en la zona de amortiguación de Gaza o a la selva de Colombia puede exponerte a ti y a tu investigación a un encuentro no deseado con las fuerzas de seguridad o grupos armados. Por ejemplo, la gente de la zona de amortiguación de Gaza no lleva chalecos antibalas, pero es posible que quieras llevar uno (y deberías) cuando estés en la zona. También es posible que desees entrevistar a personas que están recogiendo pruebas de los efectos de la fracturación hidráulica en una zona determinada, y que te enfrentes a un feo encuentro con los partidarios o trabajadores de la empresa de fracturación, en un lugar aislado o restringido.

No te sientas obligado a seguir adelante con una entrevista peligrosa o una reunión sólo porque sientas que se lo debes a los grupos locales y a las personas que te están ayudando. A veces, dar un paso atrás y analizar la situación o las fuentes de información alternativas puede ser un plan más realista.

Entrevistar a fuentes vulnerables

En algunos casos, nuestros entrevistados serán personas vulnerables. Tal vez no entiendan bien las consecuencias de que su historia, su nombre o su imagen se publiquen en internet. Tal vez no comprendan del todo nuestro trabajo, o tengan expectativas poco realistas sobre la ayuda que podemos prestarles. Tal vez, al hablar con nosotros, estén arriesgando su libertad o su seguridad física. O tal vez estén traumatizados y sea necesario realizar la entrevista con mucho tacto.

En estas circunstancias es fundamental que la fuente nos conceda el consentimiento informado (por escrito, siempre que sea posible). Es responsabilidad nuestra, y no del entrevistado, asegurarnos de que entienda con exactitud los riesgos y consecuencias que conlleva el uso que haremos de las pruebas o testimonios que nos proporcione, cómo pensamos usarlos y si será posible identificarle a partir de ellos. Consideraremos con cuidado las posibles repercusiones que la publicación de sus pruebas y testimonios puedan acarrearle, y decidiremos con la fuente si merece la pena correr el riesgo.

Para ponernos en contacto con fuentes vulnerables recurriremos a una organización con la que la persona esté familiarizada, a un familiar, amigo o confidente con quien se sienta cómoda. Esta persona puede encargarse de informar al sujeto de nuestras credenciales y, si es necesario, estar presente durante la entrevista.

Supervivientes de trauma

Uno de los aspectos más importantes de una entrevista es que el sujeto sienta que se le está escuchando, sobre todo si se trata de un superviviente de un trauma. Si entrevistamos a alguien que ya le ha contado su historia a otras personas (por ejemplo, a trabajadores u organizaciones de derechos humanos), es posible que necesitemos confirmar algunos datos y recopilar más información, pero no debemos obligar a nadie a recordar un incidente doloroso sin un buen motivo.

Nos centraremos en los hechos de la experiencia, en lugar de dejarnos llevar por las emociones de la persona. Por ejemplo, si el sujeto de la entrevista ha perdido a su familia en un ataque aéreo, es posible que queramos obtener más detalles sobre el contexto, el lugar donde vivía, si hay una comisaría o miembros de una determinada facción en la zona, que sobre el trauma y la pérdida de seres queridos. Somos seres humanos en primer lugar e investigadores en segundo, y es nuestra obligación tratar siempre a nuestros entrevistados con el respeto y la delicadeza que merecen. No nos dejemos llevar por las prisas: quizá sea necesario realizar muchas entrevistas antes de que una fuente vulnerable se sienta cómoda como para hablar de ciertos temas.

Cuando el entrevistado empiece a contarnos su historia, intentaremos, sobre todo, escuchar. Formularemos preguntas abiertas y, si necesitamos hacer alguna pregunta de seguimiento para obtener más datos, le daremos tiempo para que nos responda. En la medida de lo posible evitaremos interrumpir el flujo del relato. Seremos pacientes y trataremos de identificar los efectos del trauma a medida que avanza la historia. Por ejemplo, cuando nos enfrentamos a un caso en el que el entrevistado no recuerda el orden de los acontecimientos, preguntas de seguimiento como «¿Qué más pasó?», en lugar de «¿Qué pasó después?», pueden ayudarles a contar sus vivencias sin preocuparse de respetar el orden temporal de la narración. Es una forma útil de establecer lo que sucedió y de reunir pruebas y datos de manera precisa.

Las lagunas en la memoria, que los detalles de la historia cambien de una reunión a otra o que los sujetos parezcan no recordar algo que dijeron antes son cosas que no deben frustrarnos. Estamos tratando con personas traumatizadas y estos cambios no implican falsedad, sino miedo. Debemos hacer que se sientan seguros. Si tenemos experiencia con historias similares, podemos compartirlas con ellos para mostrar empatía, pero es importante hacerlo de forma que no crean que estamos restando legitimidad a su experiencia.

Es importante que la persona vulnerable sienta que tiene cierto control durante la entrevista. El lugar donde se celebre la entrevista debe hacerla sentir segura.

Por lo general se trata de temas muy delicados, por lo que tenemos que estar preparados para que se desaten emociones y programar descansos regulares. Algo tan sencillo como ofrecer un vaso de agua o un momento a solas resulta muy útil.

El hecho de que alguien sea vulnerable no significa que su testimonio sea verídico. Puede haber sufrido algún tipo de coacción, o la narración puede contener errores involuntarios. No debemos creernos un relato personal sin verificar lo primero a través de otros medios, sin embargo, por mucho escepticismo que nos suscite un testimonio concreto, siempre seremos comprensivos y empáticos con la fuente.

Supervivientes de violencia sexual

Todos los consejos y recomendaciones anteriores cobran aún mayor relevancia a la hora de entrevistar a víctimas de violencia sexual, con independencia del género. No obstante, en estos casos el género del investigador puede ser crucial. A menudo, una mujer que ha sufrido violencia sexual prefiere que la entreviste otra mujer, y lo mismo puede ocurrir con un hombre que haya sufrido una agresión sexual. También tendremos este factor en cuenta si necesitamos un camarógrafo. Haremos todo lo posible para facilitar la interacción y que las personas a las que entrevistamos se sientan cómodas.

Cuando se investigan casos de violencia sexual, como norma general, no se nombra a las víctimas, a menos que la persona solicite de forma expresa que se haga pública su identidad y estemos seguros de que tiene plena consciencia de los riesgos que ello acarrea. Mantener en el anonimato a las personas que han sufrido violencia sexual las protege del estigma social. Los supervivientes de este tipo de agresiones que sean menores de 18 años no tienen capacidad legal para consentir que su nombre se haga público. Nos aseguraremos de que la legislación local nos permite nombrar de forma pública a un superviviente de violencia sexual, ya que en algunas jurisdicciones está prohibido.

Víctimas coaccionadas

Algunas víctimas pueden ser reacias a hablar en presencia de un familiar o puede que se las haya coaccionado para que no nos revelen ciertos detalles. Es posible que teman las consecuencias (por ejemplo, deshonrar a su familia si son supervivientes de violencia sexual) en su círculo más cercano o en su comunidad, o que les hayan aleccionado (es decir, obligado) a dar determinadas respuestas, o coaccionado a ocultarnos determinada información. Intentaremos averiguar si este es el caso por medio de preguntas generales como: «¿Prefieres que hablemos en privado?».

Víctimas de tráfico de personas

Las víctimas de tráfico de personas suelen ser recelosas a la hora de revelar datos que puedan incriminarlas. Si han infringido la ley mientras eran víctimas, revelar cierta información podría hacer que las encarcelaran. Estos detalles son importantes en una investigación porque pueden contribuir a desenmascarar a los traficantes y a recopilar pruebas para armar un caso contra ellos. No obstante, debemos tratar con tacto tanto a las víctimas como la información que nos transmiten y asegurarnos de que el sujeto de la entrevista es consciente de que su seguridad es nuestra mayor preocupación.

Menores

Entrevistar a menores plantea más riesgos legales que entrevistar a adultos. Hay que tener cuidado de no infringir el derecho a la privacidad o el bienestar emocional del menor. Lo ideal es que durante la entrevista esté acompañado por un adulto responsable en el que confíe. Obtener el consentimiento y el permiso para la entrevista y para cualquier fotografía o grabación es obligatorio en ciertos casos, por ejemplo, cuando el propósito de la investigación es recopilar pruebas que puedan utilizarse en investigaciones oficiales (por ejemplo, por las fuerzas del orden).

Al entrevistar a menores, dependiendo de su edad, podemos llevar papel y lápices de colores, juguetes o juegos. Formularles preguntas de manera informal mientras juegan puede ayudarles a hablar de ciertos temas. No son adultos, pero saben pensar por sí mismos. No hay que hablar de ellos con otros adultos de la sala como si no estuvieran presentes. Es posible que un niño diga lo que cree que queremos oír en lugar de ser sinceros, así que nos esforzaremos por no manipularlos. Las preguntas abiertas como «¿Qué pasó después?» les conceden el espacio que necesitan para explicarse.

Evitaremos preguntas con connotaciones de culpa o mal comportamiento, por ejemplo «¿Por qué abandonaste el grupo?». En su lugar, preguntaremos «¿Por qué estabas solo en aquel momento?».

No obstante, si las preguntas son demasiado objetivas o cerradas, pueden dar lugar a respuestas breves que no serán demasiado útiles. Preguntas como «Cuéntame más sobre…» o «¿Qué pasó después?» funcionan mejor a la hora de recabar información de los niños. Una forma de abordar la entrevista es comenzar con una descripción de una situación. Una vez la hayamos explorado por completo, pasaremos a preguntas más directas para recabar datos adicionales, aclaraciones o completar información.

Reproducir las palabras del niño cuando formulamos preguntas de seguimiento le ayudará a entendernos mejor.

Comunidades amenazadas: LGTBQI+

Algunas personas o comunidades son vulnerables no solo por su testimonio, sino por su etnia, religión, casta u orientación sexual. A las personas LGTBQI+ se las discrimina tanto en el ámbito legal como en el social en ciertos países.

En estos casos hay que extremar las medidas de seguridad. Evitaremos los juicios de valor y respetaremos la identidad de género del entrevistado. Utilizar un vocabulario neutro será de gran ayuda. Investigaremos de antemano el significado de ciertos términos específicos como «binario», «no binario», «intersexual», etc. Recopilaremos información sobre los entrevistados antes de conocerlos y, si tenemos dudas sobre cómo dirigirnos a ellos, la mejor opción es preguntar sin ambages «¿Cómo te identificas?». En caso de duda sobre la conveniencia de alguna pregunta, pensaremos cómo nos sentiríamos nosotros si nos la hicieran.

Entrevistar a sujetos conflictivos

Algunos entrevistados pueden ser o volverse conflictivos o agresivos durante la interacción. Es importante recabar toda la información posible antes de la entrevista para poder hablar con seguridad en caso de confrontación. Si la conversación lo requiere, nos desviaremos de nuestra lista de preguntas.

Si disponemos de tiempo suficiente para la entrevista, empezaremos por preguntas abiertas con el fin de tratar de entender el punto de vista del entrevistado. Algunos investigadores fingen saber menos de lo que saben para que las fuentes se sientan más relajadas y comprendida y les proporcionen más información. Incluso si el sujeto de la entrevista no goza de nuestro respeto, debemos abordar la entrevista con empatía. A medida que pasamos más tiempo con la fuente, podemos empezar a hacer preguntas más incisivas y directas.

Si el tiempo del que disponemos es limitado, tendremos que empezar mucho antes con las preguntas incómodas. Trataremos de comportarnos con profesionalidad y neutralidad. No haremos acusaciones que no estén respaldadas por hechos y evitaremos mostrarnos sensibles o enfadados.

No rehuiremos las preguntas difíciles, pero las formularemos con un tono de voz neutro. A veces es útil formular las preguntas difíciles varias veces de diferentes maneras, para ver si la fuente da una respuesta más reveladora o se contradice. Incluso las personas iracundas pueden proporcionar información valiosa. Seremos respetuosos y mantendremos la calma y la compostura incluso si estamos en total desacuerdo o si nuestras preguntas son críticas. Es más probable que una fuente nos respete y responda a nuestras preguntas si ve que están basadas en pruebas que hemos descubierto y no en opiniones o en una ideología preexistente. Si una fuente cree que venimos a la entrevista con sesgos y prejuicios, no tendrá ningún incentivo para decirnos la verdad o abrirse a nosotros.

Fuentes hostiles

A veces, un entrevistado se vuelve hostil, sobre todo si le mostramos nuestro desacuerdo o si desempeña un papel negativo en el tema de la investigación. Lo mejor es entrevistar a estas personas al final de la investigación para evitar que interfieran en nuestro trabajo. Pueden descubrir nuestro objetivo y tratar de interferir en la investigación. Pueden amenazar a nuestros contactos para que se retracten de sus testimonios, cerrar una página web que estemos utilizando para la investigación, denunciarnos a las autoridades o ejercer presión sobre nosotros, nuestro equipo o nuestros patrocinadores.

Estos riesgos son inevitables, pero existen medidas para controlar los daños. Por ejemplo, ser transparentes con nuestros compañeros de trabajo sobre lo que estamos haciendo y sobre la posibilidad de que una fuente hostil trate de tomarse la revancha. Es posible que no podamos proteger por completo a nuestros contactos, pero si creemos que corren riesgo de represalias, debemos asegurarnos de no comentar nuestras interacciones con ellos.

También debemos protegernos a nosotros mismos de posibles represalias. Comunicaremos a una persona de confianza cuándo y dónde tendrá lugar la entrevista y qué hacer si no nos ponemos en contacto con ella a una hora determinada. Dejaremos la información sobre nuestras fuentes y las pruebas recogidas en lugar seguro y elegiremos con suma prudencia el lugar de la entrevista.

Agresores

Al entrevistar a un agresor o presunto agresor es muy importante no hacer acusaciones. Debemos permitirles explicar su versión de los hechos antes de presentarles información que la contradiga, en el caso de que ese sea nuestro objetivo. Antes de la entrevista tendremos en cuenta que a veces los mismos agresores son supervivientes de un trauma. Empezaremos recogiendo información personal, como su nombre, edad y lugar de nacimiento, y ya después pasaremos a preguntas más abiertas.

Hay refugiados, por ejemplo, que han cometido crímenes antes de huir de su país. Quizá se les ha obligado a alistarse en el ejército y han recibido la orden de atacar a la población civil. También pueden haber perpetrado algún delito durante el viaje, o se han aprovechado de la confianza de las personas, han cometido abusos sexuales o se han involucrado en el proxenetismo. Hay que tener mucho cuidado con la forma en que formulamos las preguntas. Evitaremos el tono moralizante. Intentaremos recabar información sobre cómo se alistaron en el ejército, se unieron a la guerrilla o a la banda que cometió los abusos, quién estaba al mando y quién daba las órdenes, para evitar que sientan que les estamos acusando. Mantendremos una expresión neutra o restaremos importancia a nuestros conocimientos del tema para que confíen en nosotros y nos den más información. Preguntas del tipo «¿Cómo acabaste en ese pueblo?» pueden funcionar mejor que otras como «¿Qué querías hacer allí?».

Intentaremos establecer los hechos, escuchar mucho y hablar poco. Algunos agresores también son muy narcisistas y pueden estar dispuestos a ofrecer información de forma voluntaria y a presumir de lo que han hecho si sienten que nos están impresionando.


Nota: No dejarnos embaucar

Algunas fuentes buscarán la confrontación. Esto no suele ser productivo. Si se da el caso, hay que evitar morder el anzuelo. Asentiremos con amabilidad y reconduciremos la conversación a donde nos conviene.

Después de la entrevista

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Fact-checking

Aunque hayamos hecho todos los deberes y estemos seguros de la veracidad de las fuentes, debemos asegurarnos de que las pruebas son precisas, imparciales y fiables. Verificaremos la exactitud de las afirmaciones de un entrevistado contrastándolas con los datos recogidos de otras fuentes, entrevistas o investigaciones. A veces los entrevistados mencionan ciertos temas como cebo, así que estaremos siempre ojo avizor. Si algo no parece correcto, seguiremos buscando, verificando y realizando tantos fact-checkings como sea necesario.

Verificaciones y equilibrio

Para que una investigación sea fiable debe ser equilibrada. Esto significa que para obtener una perspectiva más amplia debemos evitar tanto nuestros propios sesgos como los de los entrevistados. Sin embargo, la forma en que exponemos las pruebas y el peso que damos a cada entrevista también es muy importante. Intentaremos compensar de manera precisa las declaraciones. Por ejemplo, el Gobierno egipcio pinta los edificios de las zonas pobres de El Cairo, pero descuida las infraestructuras y otros servicios. En un caso así, podríamos contrarrestar el impacto positivo de los testimonios que alaban estas medidas con otros que las contextualicen y expongan los aspectos negativos.

Evaluación de necesidades, reflexión

Una investigación es como un rompecabezas. Aunque hayamos realizado fact-checkings en cada paso, hay que volver a verificar y revisar las pruebas cuando tengamos toda la información, los datos y las declaraciones. Si es necesario, volveremos a las fuentes para que nos aclaren ciertos detalles o nos pondremos en contacto con personas que puedan ayudarnos a interpretar las pruebas con mayor exactitud. Siempre existe la posibilidad de ampliar la perspectiva de la investigación hablando con entrevistados con los que no hayamos hablado antes. Es útil dejar asentarse el trabajo durante un tiempo, si disponemos de él, y luego echar un vistazo a las pruebas con nuevos ojos. Es posible que descubramos detalles en los que no habíamos caído.

Derecho de réplica

Si con nuestra investigación pretendemos acusar a alguien de haber cometido un delito, esa persona tiene derecho a defenderse.

En algunos países, la ley de difamación obliga a los medios de comunicación y a los editores a concederle a un sujeto el derecho de replica ante cualquier acusación. Sea o no requisito legal en nuestro lugar de residencia o de trabajo, el derecho de réplica es justo desde un punto de vista ético. Todo el mundo merece la oportunidad de defenderse de una acusación pública.

En general, lo más fácil es enviar al sujeto de la investigación las acusaciones que pensamos publicar cuando ya hayamos terminado la mayor parte del proyecto. De este modo también tendremos tiempo de corregir cualquier dato que podamos haber malinterpretado. Una forma sencilla de hacerlo es ponerse en contacto con la persona de forma educada y enviarle un cuestionario con las acusaciones que aparecen de la investigación.

Al hacerlo, a veces nos pondremos en peligro a nosotros mismos, a nuestro trabajo, a nuestras fuentes y a la organización con la que trabajamos. Hay que considerar el momento y la forma oportuna de informar a estas personas para no echar por tierra la investigación o evitarnos riesgos a nosotros mismos y a nuestras fuentes. Las personas con las que hemos hablado y que nos han proporcionado pruebas pueden sentirse amenazadas y negar las acusaciones que han hecho, o pedirnos que no utilicemos la entrevista.

Reconocer el esfuerzo de nuestras fuentes y entrevistados

El tiempo y el esfuerzo que nuestras fuentes y entrevistados han dedicado a responder a nuestras preguntas, sobre todo en condiciones de riesgo o recursos limitados, merecen nuestro agradecimiento.

Podemos reconocer su esfuerzo con pequeños detalles, como enviarles copias o enlaces a la investigación en caso de publicarla, o ponernos en contacto con ellos si regresamos a su lugar de residencia. Además, de esta forma estaremos creando una red de fuentes que nos ayudará a mantenernos informados o a estar al tanto de otras posibles investigaciones.

Mantener el contacto

Si una vez haya concluido la investigación, pensamos mantener el contacto con alguien que hayamos entrevistado, hay una serie de consideraciones que debemos tener en cuenta. Decíamos antes que dar tarjetas de visita o datos personales a desconocidas o incluso a nuestras fuentes no siempre es buena idea. Dependiendo de quién sea la fuente, nuestra tarjeta o nuestros datos de contacto pueden comprometerles a ellos y a nosotros mismos, y por ende a toda la investigación. Debemos asegurarnos de que entiendan que, por motivos de seguridad y por su propio bien, es importante mantener una comunicación segura, utilizar aplicaciones de mensajería cifrada y solo revelar información nueva y sensible en persona o por medio de canales de comunicación seguros.

Saber cuando parar

Hay diferentes razones por las que podemos tener que abandonar una investigación. El agotamiento es natural, y, como decíamos antes, la presión y el estrés del trabajo pueden abrumarnos en algún momento. Además, también puede suceder que la investigación no dé resultados, o que nos resulte imposible reunir todas las pruebas que necesitamos. Reflexionar nos ayudará a decidir si ha llegado el momento de abandonar.


¡La seguridad es lo primero!

Cómo evitar las huellas digitales en el proceso de entrevistas: antes, durante y después.

A lo largo del proceso de la entrevista (y de toda la investigación, en realidad) hay muchas formas de dejar huellas digitales que nos conecten con el entrevistado. Alguien puede servirse de estas conexiones para descubrir a quién hemos entrevistado, cuándo y por qué lo hemos hecho y, en el peor de los casos, incluso el contenido de la entrevista. A continuación, presentamos una línea temporal del proceso en la que se incluyen formas de ocultar nuestras huellas digitales.

El problema del primer contacto

Una vez identificado y establecido un contacto estrecho con una fuente, uizá acepte usar medios de comunicación seguros que dejen menos rastros digitales. El riesgo es mayor las primeras veces que nos ponemos en contacto. Una forma de evitar los errores iniciales que nos relacionan on la fuente o con el sujeto de la entrevista es redactar unas directrices sobre cómo ponerse en contacto con nosotros de forma segura. Podemos obtener información e ideas sobre la mejor manera de iniciar la comunicación con las fuentes en páginas de consejos de medios de comunicación como The Intercept”s guidelines for sources (Guía de fuentes de The Intercept), New York Times”s guide on how to contact them safely or anonymously (Guía de contactos seguros o anónimos del New York Times), o las biografía de algunos periodistas como Barton Gellman”s contact tips (Consejos de contacto de Barton Gellman).

He aquí algunos aspectos a tener en cuenta antes de iniciar la comunicación y durante el tiempo en que estemos en contacto con la fuente.

ANTES: Llamadas

Cuando buscamos sujetos a los que entrevistar, es habitual realizar llamadas telefónicas. Intentaremos utilizar un número virtual o de VoIP (Voice over IP) o un teléfono que no esté vinculado a nosotros.

Cuando utilizamos teléfonos y números normales, tanto nuestro número como el que marcamos quedan vinculados en un registro de llamadas que figura en nuestro dispositivo y en el registro del operador de telecomunicaciones que nos presta el servicio. Este registro de llamadas deja un rastro. Cualquier persona que tenga acceso al dispositivo de la persona que llama o del destinatario puede ver el registro de llamadas que vincula a las dos partes. Cualquier persona que pueda demostrar al operador de telecomunicaciones que es el propietario del número de teléfono al que hemos llamado también puede acceder al registro de llamadas. Las autoridades locales, las fuerzas de seguridad y los gobiernos también tienen acceso. Llamar desde un número nuevo que no tenga relación con nosotros evita que se nos asocie con el número en el registro de llamadas. Cuando esperemos llamadas de posibles fuentes, les daremos un nuevo número generado por un servicio de VoIP, o al menos utilizaremos una tarjeta SIM nueva en lugar de nuestro número personal.

Es una buena idea realizar una búsqueda de operador y usuario de nuestro propio número de teléfono para ver si nos revela detalles de nuestra identidad (lo cual no es siempre deseable). También debemos comprobar si nuestro teléfono tiene buzón de voz. No proporcionaremos datos personales y afiliaciones en el mensaje del buzón de voz. Hay que tener en cuenta que la mayoría de las contraseñas del buzón de voz tienen entre 3 y 4 dígitos y son fáciles de hackear. Cualquiera puede llamar al proveedor de servicios de buzón de voz, entrar en un buzón (normalmente nuestro número de teléfono) y hackear la contraseña. A menudo es posible introducir un número ilimitado de contraseñas, de modo que para lograr acceso a nuestro buzón de voz solo hace falta un poco de paciencia.

ANTES: Comunicación en línea

Internet es un gran recurso para investigar a qué personas entrevistar y cuál es la mejor manera de llegar a ellas. Sin embargo, al hacerlo, vinculamos mucha información sobre nuestro equipo, ubicación, hora y fecha a nuestra búsqueda o visita a la página web. Por ejemplo, los investigadores suelen indagar en páginas web especializadas o locales que no tienen mucho tráfico. En un día normal, es posible que nosotros hayamos sido una de las pocas personas que han visitado un oscuro organigrama, unas notas de reuniones de un consejo de administración, la biografía de los empleados de una empresa o unas listas detalladas de contactos. Incluso podemos haber sido los únicos. El administrador de la página web tiene acceso a una lista de quiénes han accedido a ella, lo que le permite rastrearnos e incluso sabotear nuestra investigación.

Una red privada virtual (Virtual Private Network, VPN en sus siglas en inglés) es una buena opción no solo para cifrar el tráfico local de internet, sino para ocultar la información de nuestra ubicación, como por ejemplo nuestra dirección IP y DNS, que forman parte del uso normal de la web. Utilizar un buscador solo para investigar ayuda a compartimentar y limitar los datos que compartimos.

El buscador que elijamos no debe ser el mismo que usamos para todo lo demás. El más recomendable es el buscador Tor y en segundo lugar Firefox. Incluso con una VPN, el buscador sigue proporcionando ciertos datos (la barra inferior de una página de resultados de búsqueda de Google proporciona nuestra ubicación, por ejemplo). Una solución es utilizar la navegación privada o el modo incógnito. Para mayor protección, es recomendable utilizar el internet público (es decir, no el rúter de nuestro domicilio u oficina) o una red que no esté asociada a nosotros.

Al crear cuentas en un servicio, es recomendable utilizar una dirección de correo electrónico nueva. La forma más rápida y sencilla de crear una se encuentra en Tutanota.de o en Protonmail.com.

Al configurar las cuentas, es recomendable utilizar contraseñas largas y seguras (no intuitivas) de al menos 15 caracteres. Una forma fácil de hacerlo es crear una contraseña formada por varias palabras. Los programas de administración de contraseñas son aplicaciones y servicios que generan contraseñas eficientes y las almacenan de forma segura. KeyPassXC es un buen administrador de contraseñas. En la guía de contraseñas de Security-in-a-Box de Tactical Tech encontraremos más información al respecto.

DURANTE: Verificación

Si no conocemos a la fuente o al sujeto de la entrevista, o si solo nos hemos reunido con ellos unas cuantas veces, puede ser buena idea establecer un protocolo de desafío-respuesta. Puede ser visual, por ejemplo «llevaremos alguna prenda de color amarillo», puede ser una acción, por ejemplo «trae un cubo de Rubik» o una pregunta y una respuesta acordadas. Se trata de una forma sutil de verificar que ambas partes somos quienes decimos ser.

DURANTE: Notas, grabaciones y archivo de las entrevistas

Tanto si se trata de una sola entrevista como de una serie de ellas, es probable que obtengamos una gran cantidad de datos: notas escritas a mano, archivos en un ordenador… Cifrar los datos para que solo tengan acceso a ellos personas autorizadas es una medida prudente. La forma más rápida de cifrar notas escritas a mano es grabarlas con una cámara de vídeo o un smartphone. En una habitación bien iluminada, colocaremos la cámara por encima de nosotros mirando hacia abajo o sobre una superficie de cristal transparente mirando hacia abajo. Empezaremos a grabar. Colocaremos las notas delante de la cámara, esperaremos un segundo y colocaremos otro conjunto de notas. La línea temporal del vídeo contendrá todas las notas escritas.

A continuación, catalogaremos la ubicación de cada nota en la línea temporal y cifraremos el vídeo y el documento con la ubicación. En cuanto a los archivos y carpetas electrónicas, cifraremos los datos directamente. Para cifrar archivos y carpetas es recomendable utilizar Veracrypt o Cryptomator. Veracrypt tiene más funciones, pero muchos opinan que Cryptomator es más fácil de usar. También es una buena idea comprar una unidad de memoria cifrada por hardware. Se trata de unidades de memoria externa con un teclado. Solo se puede acceder a su contenido por medio de una contraseña. Es una herramienta rápida y sencilla de usar: basta con arrastrar los archivos a la unidad cifrada. Para obtener una capa extra de protección, podemos trasladar los archivos ya cifrados a un disco duro con código de acceso.

DESPUÉS: Enviar y recibir grandes cantidades de datos

Una vez terminado el trabajo, es posible que necesitemos enviar los datos para colaborar con otra persona o para almacenarlos. He aquí algunos métodos, por orden de seguridad:

  • Con OnionShare podemos enviar o recibir archivos desde nuestro ordenador. Al hacerlo creamos un enlace web en OnionShare al que solo se puede acceder con el buscador Tor. Ese enlace lleva al visitante a una página donde puede descargar o subir un archivo. La transferencia de datos solo puede tener lugar si nuestro ordenador y el del visitante estén conectados al mismo tiempo.

  • SEND de Tresorit nos permite enviar hasta 5GB a un servidor en la nube para que los descarguemos nosotros mismos u otra persona. Los archivos se eliminan automáticamente a las 48 horas. Se recomienda cifrar el archivo y la carpeta con Veracrypt o Cryptomator antes de comprimirlo y subirlo a la nube. SEND de Tresorit permite que se nos notifique por correo electrónico cuando se descargue el archivo, y también existe la opción de establecer una contraseña en el enlace para descargarlo.

Red de contactos

Hay varias organizaciones locales, regionales y mundiales que se dedican a investigar y a apoyar a los investigadores, incluidos los investigadores ciudadanos. Pueden ser útiles en caso de que nosotros o nuestro trabajo se hayan visto comprometidos, si estamos en peligro, si necesitamos asesoramiento sobre cómo proceder con la investigación o si deseamos aprender a mantener nuestra seguridad:


Publicado en octubre de 2019 / Actualizado en noviembre de 2021.

Recursos y bibliografía

Artículos y guías

Glosario

term-comprobación-de-antecedentes

Comprobación de antecedentes: Investigación destinada a recopilar toda la información posible sobre una persona, grupo, organización o tema, para confirmar o verificar datos relevantes antes de emprender entrevistas, realizar estudios de campo o avanzar en otras fases de una investigación.

term-comunicación-codificada

Comunicación codificada: Forma de comunicarse a través de aplicaciones y correo electrónico que utilizan información codificada. La persona que tiene la contraseña o la clave adecuada es la única que puede descodificar la información y, por tanto, leerla.

term-doble-comprobación

Doble comprobación: Comprobar que los datos que se han recibido de una fuente o de un entrevistado son exactos contrastando esa misma información a partir de varias fuentes.

term-evaluación-de-riesgos

Evaluación de riesgos: Cálculo de la posibilidad de que se produzcan percances durante una investigación o en el trato con las fuentes y los entrevistados, con el fin de prevenirlos o enfrentarse a ellos si son inevitables.

term-fact-checking

Fact-checking: Proceso de confirmación de la exactitud de la información recopilada, verificándola con diferentes fuentes por medio de diferentes técnicas y en distintos momentos de la investigación.

term-formulario-de-autorización

Formulario de autorización: Documento firmado en el que la fuente o el entrevistado acepta que sus palabras y/o su imagen se utilicen en una investigación y en determinadas circunstancias mencionadas de manera específica claramente en el formulario. También se denomina «formulario de consentimiento informado» o simplemente «formulario de consentimiento».

term-fuente

Fuente: Persona que nos proporciona información y con quien mantenemos contacto a lo largo del tiempo.

term-fuente-anónima

Fuente anónima: Fuente cuya información podemos publicar o utilizar sin mencionar su procedencia. La publicación debe hacerse de forma que nadie pueda relacionar la información con la fuente que la ha proporcionado.

term-información-no-atribuible

Información no atribuible: Información que se puede publicar sin nombrar a la fuente que nos la ha proporcionado.

term-off-the-record

Off the record (a micrófono cerrado, información extraoficial): información extraoficial no publicable ni atribuible a la persona que nos la ha proporcionado. La información extraoficial suele servir para ponernos en contexto acerca de un tema delicado que la fuente o el entrevistado no pueden hacer público.

term-on-the-record

On the record (con constancia de lo dicho): Información con la que tenemos libertad para utilizar y mencionar a la persona que nos la ha proporcionado.

term-documento-de-prueba-de-vida

Documento de prueba de vida: Documento que servirá para demostrar que estamos vivos en caso de que ocurra algún percance como un secuestro o una detención. (ver un ejemplo aquí)

term-entrevistado

Sujeto de la entrevista/entrevistado: Persona a la que entrevistamos.